Para que una web sea útil ha de llegar a la mayor cantidad posible de clientes potenciales. Existen varias opciones y las redes sociales son una de las principales.
Entre las fuentes de tráfico de una web destacan cuatro:
- Tráfico orgánico (SEO)
- Redes sociales
- Publicidad (SEM/ADS/Offline/otros)
- Mail Marketing/SMS
Aquí nos centraremos en el tráfico procedente de redes sociales. Éste a su vez puede llegar por tres vías:
- Contenido compartido por cuenta corporativa
- Contenido compartido por los usuarios
- Contenido patrocinado
Sin duda, el mejor de ellos es el segundo, ya que, además de ser gratuito -en principio-, es el que más credibilidad aporta: Ya no lo cuenta tu empresa, lo dice alguien desinteresadamente.
¿Cómo lograr que los usuarios compartan mis contenidos?
En primer lugar, generando contenidos de calidad que despierten su interés.
Una vez generado dicho contenido hay que lograr que llegue los primeros usuarios. Para ello se debe recurrir a una combinación de las cuatro fuentes principales de tráfico de las que hablábamos al principio. La el peso que se dé a cada una de ellas variará según el caso.
Ahora que ya hemos atraído a algunos visitantes, además de tratar de que consuman nuestros productos o servicios -no olvidemos que ese suele ser el objetivo principal-, debemos facilitar que difundan el contenido.
Para ello hay que poner las cosas fáciles. Todos vamos muy deprisa. Nuestros visitantes no son una excepción. Aunque los navegadores de los móviles actuales ya incluyen la opción de compartir, hay que facilitarlo aún más.
Es necesario añadir botones para compartir en redes sociales. Éstos deben estar en zonas estratégicas. Los lugares más adecuados suelen ser el inicio y el final del texto de la entrada o de al descripción del producto.
¿Qué botones añadir?
Todos. Es importante añadir todos lo botones posibles. Eso sí, con cabeza.
Aunque las redes sociales que usa la mayoría de la gente se cuentan con los dedos de una mano, muchas veces las ventas nos llegan por las más inesperadas.
Por ello, hay que priorizar las redes que frecuenta nuestro público objetivos, pero no debemos excluir las demás.
¿Esto significa que hay que tener presencia en todas las redes sociales?
Para nada. De hecho, sería contraproducente. Únicamente se debe tener cuenta en aquellas redes en que se encuentre el grueso de nuestro público objetivo y puedan ser gestionadas adecuadamente.
Ésto, salvo grandes empresas y contadas excepciones, supone tener de dos a cuatro cuentas, cinco a lo sumo.
Sin embargo, dar la opción de compartir en otros espacios puede ampliar el alcance de una web.
Ciertamente, que se comparta información sobre nosotros en lugares en los que no estamos presentes tiene riesgos: No saber qué se dice sobre nosotros. Pero eso es inevitable, ya que no se puede impedir que los usuarios compartan enlaces a la web de nuestra empresa.
Para ello, es recomendable disponer de una cuenta no corporativa que permita el acceso. Con ello sabremos qué se dice sobre nosotros, sin tener la obligación de mantener un perfil activo.
Una buena manera de escoger a qué redes dedicar más tiempo es mediante un análisis del tráfico social, a fin de poner el foco en la que más repercusión tenemos. Con ello optimizaremos esfuerzos.