Cuando profundizamos sobre un tema tenemos que volver a conceptos anteriores. En un blog podemos dad profundidad a los textos mediante enlaces internos.
¿En qué consiste la profundidad?
Lo veremos muy claro el siguiente ejemplo:
Tenemos un blog de alimentación. En él escribimos sobre alimentos, platos y menús.
Podríamos redactar una entrada sugiriendo un menú y cada vez que hablemos de un plato, explicar cómo se elabora y qué ingredientes tiene. A su vez, sería posible narrar las propiedades de cada alimento. ¿Cuál sería el resultado?: Un texto interminable con información que no interesará a buena parte de los lectores.
Sin embargo, si en el artículo sobre el menú nos limitamos a enumerar los platos y justificar su elección, resultará una entrada breve. Cada vez que se nombre un plato del que ya se había hablado, es conveniente añadir un enlace a su entrada correspondiente. Lo mismo con los ingredientes.
De igual sucede con los platos. Es una buena práctica, en lugar de entrar en detalles sobre los ingredientes, simplemente nombrarlos con un enlace a cada uno de éstos.
¿Y si no he escrito sobre alguno de los platos o ingredientes?
No te preocupes. Tienes tres opciones: Anotarlo para un futuro; escribirlo en ese momento o enlazar a una página externa. La decisión dependerá de la importancia de profundizar en el mismo y del tiempo de que dispongas.
Una buena estructura de enlaces internos contribuye a mejorar el SEO.
De esta forma tus artículos serán más ligeros, y fáciles de leer. No habrá incongruencias por contar lo mismo de maneras diferentes y tu blog crecerá mucho más rápido.
Recuerda que una buena estructura de enlaces internos contribuye a mejorar el SEO. Aunque no se debe abusar de ellos, los enlaces externos también te ayudarán a mejorar tu posición, especialmente si llegas a un acuerdo de colaboración con el destinatario, de modo que os enlacéis mutuamente cuando no tengáis artículos propios.