Si cada vez que entras en tu web te parece que viajas al pasado, o simplemente no está a la altura de tu negocio, no dudes en renovar tu página web.
Seguro que este cambio, como todos, te genera mil dudas. No sabes si hacerla tú, pedírsela a un amigo o contratar un servicio profesional. Puede que incluso te plantees someter tu portal a un lavado de cara y no complicarte más.
Lo único que tienes claro es que lo no te gusta lo que ves al entrar en tu web, pero ¿qué cambiar? ¿por dónde empezar?
Aquí te propondré un itinerario en cuatro pasos:
- Identificar el problema
- Determinar la solución
- Trazar el plan de ruta hasta la solución
- Recorrer el camino
Identificar el problema: ¿Por qué quieres renovar tu página web?
Comencemos por bucear en tus motivaciones. ¿Por qué quieres cambiar? Puedes empezar haciéndote algunas preguntas:
- ¿Qué es lo que no me gusta de mi web? ¿Qué me rechina cuando la visito?
- ¿Es acorde con mi imagen corporativa?
- ¿Los visitantes llegan a ella? ¿pueden navegar desde su móvil? ¿carga rápido? ¿es segura?
- ¿Los visitantes son capaces de descubrir con facilidad lo que les ofrezco?
- ¿Presento mis productos o servicios de manera atractiva?
- ¿Destaco en algo respecto a mi competencia, o soy uno más?
- ¿La web invita a consumir aquello que ofrezco? ¿pueden comprarme o ponerse en contacto conmigo?
- ¿Necesito ofrecer o mostrar algo más?
- ¿Qué resultados estoy obteniendo? ¿Me ayuda a cumplir mis objetivos?
Seguro que has ido respondiendo mientras las leías, pero no es suficiente. Coge papel y pluma y escribe. Escribe la preguntas y respóndelas una a una. Visita tu web tantas veces como sea preciso. Renovar tu página web merece tu tiempo.
Ahora ya sabes porqué necesitas cambiar tu web. Tienes claro que no es un capricho: Hay razones de peso. Esto te ayudará, no solo a acertar en la solución, sino también a ser consciente de la necesidad de hacerlo y considerarlo una necesidad de tu negocio.
Determinar la solución
Tienes identificado –groso modo– lo que no funciona.
En este punto toca enfocar el rumbo. Saber hacia dónde quieres ir. Alinear la web con los objetivos de tu negocio.
Regresa a tu hoja de papel y añade cómo solucionar cada problema. En unos casos te resultará muy fácil: Si el aspecto está anticuado, necesitas una nueva plantilla. Si no muestras tus ventajas competitivas, deberás añadir un bloque que las destaque.
En otros casos puede ser más complicado. No importa. Vale la pena dedicarle tiempo. Está en juego tu negocio.
Alinear la web con los objetivos de tu negocio.
La clave es que la solución a los problemas tenga por fin lograr los objetivos de tu empresa.
Trazar el plan de ruta para renovar tu página web
Ya sabes a dónde quieres llegar, pero ¿cuál es el mejor camino? ¿cómo recorrerlo?
Aquí influye en gran medida la diferencia entre el punto actual y el de destino.
Si tu web solo necesita unos retoques, puede que el plan sea sencillo: Actualizar los textos y las fotografías del personal.
Pero no es lo más habitual. Si te has dado cuenta de que necesitas cambiar tu web, seguramente sea porque hay mucho que cambiar.
Está en juego tu negocio.
Haz una lista de todos esos puntos (te ayudarán las notas que has ido tomando). Junto a cada cambio anota cómo lo harías ¿puedes hacerlo tú? ¿hay alguien en tu empresa capacitado? ¿necesitas derivarlo a un profesional?
Para terminar el plan de ruta nos queda saber en qué orden se deben realizar los pasos ¿dependen unos de otros? ¿se pueden trabajar en paralelo? ¿hay que coordinar los trabajos?
Con esto ya tienes toda la teoría lista. Solo queda llevarla a la práctica.
Recorrer el camino
Puede que te asuste todo lo que necesitas para renovar tu web. Mucha gente tira la toalla por eso. Pero recuerda, has visto que es necesario. No te ha dado la ventolera de renovar tu página web. Es una decisión fundada y argumentada.
Además, la parte más difícil del camino está hecha. ¡No te retires! Afronta la realidad.
Tu web debe ser una herramienta para rentabilizar tu negocio. Por eso debe estar bien hecha. Pide ayuda si la necesitas.