
Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)
Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.
Quiero poder cerrarte en un
paréntesis de brazos,
entrelazando los míos con los tuyos
Quiero crear contigo un círculo sin
afueras
incluir en el movimiento al mundo
entero
Y prestarte mi cuerpo para ese abrazo
eterno
Invítame a entrar en ese abrazo y
aprendiz en esta escuela
Dejando la indiferencia viviré de
rodillas y abrazado
Dejando las diferencias viviré de
rodillas y abrazando
Quiero apretarte en el vientre de tu
madre aún no nacido,
siendo hombre ensangrentado y
crucificado
Quiero abrazarte en la blanca Hostia y
en la vida que me has dado
En el sufriente y en quien tengo al
lado.
Siendo siempre Tú, prójimo y
necesitado.
Invítame a entrar en ese abrazo y
aprendiz en esta escuela
Dejando la indiferencia viviré de
rodillas y abrazado
Dejando las diferencias viviré de
rodillas y abrazando
Dejando la indiferencia viviré de
rodillas y abrazado
Dejando las diferencias viviré de
rodillas y abrazando
Del santo evangelio según san Marcos (10,35-45):
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.» Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?» Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?» Contestaron: «Lo somos.» Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.» Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»
Tocar el Cielo
Hola Jesús,
Aquí estoy, delante de Ti.
Por fin me he parado a escucharte.
Y en tus palabras acabo de darme cuenta:
Muchas veces me acerco a Ti como Santiago y Juan.
Me acerco a pedirte, a exigirte.
Incluso me creo con derechos que no tengo.
Pero Tú que me conoces bien,
Sabes que no puedo evitarlo.
Sabes que te miro aquí en el pan y que solo quiero acercarme a Ti.
Que cada día crece en mi ese deseo de conocerte, de seguirte.
Voy a ser clara: quiero el Cielo Jesús.
Quiero sentarme a tu lado,
Gozar de toda una vida contigo.
Ambición?
No me falta.
Pero creo que tampoco me sobra.
Porque así es como quiero vivir, con la mirada puesta en Ti.
Con el corazón encendido, expectante.
Aguardando tus promesas,
Esperándote en mi día a día.
Pero Tú quieres que lo haga bien.
Así que una vez más me explicas cómo va esto.
Y me lo dejas claro:
Esto no va de conquistas.
No es una lucha que tengo que ganar.
Ni tampoco una carrera de obstáculos, en la que voy esquivando todo lo que pueda hacerme daño.
No, esto va de servir.
De pringarse las manos.
De hacerme pequeña y arrodillarme cada día:
Ante mis padres, mis hermanos, mis amigos.
Ceder, no tener miedo a ser la última de la fila.
Aprender a olvidarme de mí,
Abrir los ojos y descubrir tu sed en los que me rodean.
Jesús, enséñame Tú.
Enséñame a servir, pero no con las manos, sino con el corazón.
Dar mi vida entera.
Por Ti, por ellos.
Por Ti en ellos.
Enséñame a despojarme de todo lo que me ata.
A no guardar nada para mi.
Vivi sin comodines, sin reservas, sin el “por si acaso”.
Tú eres el mejor ejemplo Jesús.
Viviste sirviendo hasta morir.
Siempre atento, entregándote sin descanso.
Pues así quiero vivir yo.
Así quiero tocar el Cielo.
¡Que seamos todos uno
como el Padre y Tú sois uno!
¡Todos forofos de todos,
que nos queramos siempre más!
Por los que viven para mirarte
y nada más, fuerza de todos,
adelantando el Cielo:
Hermanas de Belén, Benedictinos,
Císter, Iesu Communio, Clarisas,
Concepcionistas, Carmelitas y
tantos más, y tantos más.
¡Que seamos todos uno
como el Padre y Tú sois uno!
¡Todos forofos de todos,
que nos queramos siempre más!
Por los que son tu primavera
pentecostal, llenos de vida,
movidos por el Espíritu:
Cursillos, Comunión y Liberación,
Renovación Carismática, Schoenstatt,
Opus Dei, Focolares, Hakuna,
el Camino, Effetá, y tantos más.
¡Que seamos todos uno
como el Padre y Tú sois uno!
¡Todos forofos de todos,
que nos queramos siempre más!
Por los que son consuelo tuyo en el
dolor, besando heridas,
en tu pobreza y marginación:
Hijas y Misioneras de la Caridad,
Mercedarios, Trinitarios,
Hospitalarios, Hermanitas y tantos
más, y tantos más.
¡Que seamos todos uno
como el Padre y Tú sois uno!
¡Todos forofos de todos,
que nos queramos siempre más!
Por los que te estudian y predican,
inconformistas, sin límites,
siempre mar adentro:
Maristas, Salesianos, Escolapios,
Agustinos, Franciscanos,
Legionarios, Jesuitas, Dominicos, y
tantos más, y tantos más.
¡Que seamos todos uno
como el Padre y Tú sois uno!
¡Todos forofos de todos,
que nos queramos siempre más!
Por los que sostienen tu familia día a
día, siervos de todos:
sacerdotes diocesanos, parroquias,
seminaristas,
misioneros, obispos junto a Pedro,
¡el Papa!
¡Que seamos todos uno
como el Padre y Tú sois uno!
¡Somos forofos de todos,
que nos queramos siempre más!
¡Que seamos todos uno
como el Padre y Tú sois uno!
¡Somos forofos de todos,
que nos queramos siempre más!
Quiero encontrarte
Quiero contarte mis planes, hacerte reir.
Quiero maravillarme
Quiero saber mirarte en la puesta de Sol
Quiero lo que Tú quieras
Quiero la fuerza que tienes para conquistar
Y a veces tengo vértigo,
no consigo apreciar
que sobran las palabras,
Basta con suspirar.
(x2)
Quiero entregarme
Quiero un mar de ilusiones poder navegar
Quiero abrirte la puerta
Quiero dejar que Tú seas la luz que hay en mí.
Y a veces tengo vértigo,
no consigo apreciar
que sobran las palabras,
basta con suspirar.
(x2)
Lerelerelerelere
lerelerelere
que sobran las palabras,
Basta con suspirar.
Y a veces tengo vértigo,
no consigo apreciar
que sobran las palabras,
basta con suspirar.
(x2)
Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.
Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.