UNA PRESENCIA PODEROSA

🗓 29 de mayo de 2024


Ven espíritu ven

Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)

Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.


Mirada

Mirada creadora creando,
la del salvador salvando.
Mirada de la Comunión,
amando

Mirada de misericordia
del amor crucificado,
mirada que penetra en mi alma,
un fuego abrasador.

Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
Pues es la más bella y preciada,
la más pura de amor.


Mirada de verdad sincera,
mirada de Rey que reina,
Mirada que envuelve mi vida
y purifica
Mirada del principio y fin
Mirada del Resucitado
Mirada que deslumbra con su luz
Y al cegar sana

Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
Pues es la más bella y preciada,
la más pura de amor.


Perdóname si cuando miro
miro sin mirar,
si estos ojos que me diste
no saben amar.
sólo veo cuerpos
solo veo humanidad
pero me pierdo, mi Señor,
toda divinidad.

Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!
Pues es la más bella y preciada,


Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
Si es la más bella y preciada,
la más pura de amor,
la más pura de amor.


Evangelio

Mt 28: 16-20

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron. Acercándose a ellos, Jesús les dijo “se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos”

VOZ EN OFF

——

Los once empezaron por Galilea
¿Galilea? ¿De verdad?
Empezaron fuerte…
Allí donde no se te escuchaba y donde se te despreciaba, ahí en primer lugar empezaste a curar toda dolencia de las personas. “Que no necesitan de médico los sanos, si no los enfermos” y Tú has venido a curar la enfermedad que más muerte da y a sanarla de raíz. La enfermedad del corazón, de no saberme hijo, de actuar como si no tuviera Padre.

Galilea, tremendo…
Ahí empezaste y ahí nos mandas
Pero, ¿donde está mi Galilea?
Galilea son todas mis realidades muertas en las que pretendo vivir, Galilea es mi familia que no cree, Galilea soy yo. Y Tú empiezas amando Galilea.

La semana pasada recibí tu Espíritu, un Espíritu que sabe lo que es vivir en la carne; y no en cualquier carne, sino en la carne resucitada y glorificada del Hijo por el Padre. Ese Espíritu lo recibo, lo recibí, habita en mí; que locura, aún me cuesta digerirlo pues me asaltan muchas dudas.
Pero ante las dudas, me postro, porque eso es lo propio del que no entiende, del que se sumerge en un Misterio que le sobrepasa.

Antes de entrar en Galilea, les mandas al monte, sitio de encuentro con el Padre.
Porque si no recibo de Ti, no puedo dar nada. Si no recibo vida del Vivo ¿que vida voy a poder dar?

Recibir para ponerme en movimiento, recibir para ponerlo al servicio de otro. Fuente de agua viva, que no para de correr, que está en un movimiento constante. Recibo y me entrego, como Tú lo hiciste por nosotros; me entrego dando mi vida, muriendo a mí. Total ¿qué es mi vida si no para darla? ¿Quien soy sin mis hermanos?

Estoy a las puertas, voy con todo, me adentro en lo más profundo de Galilea porque solo quiero darte paso para que sanes de raíz. Me da igual que no se acoja, no me importa sufrir…pues Tú estarás conmigo todos los días, hasta el final de los tiempos

Hasta el final de los tiempos


¿Por qué lloras? (María Magdalena)

Han pasado ya tres días
desde que se fue.
Todavía no entiendo
cómo le ha pasado esto a Él.
Al que más amaba,
al que por Amor vivía.
Se me encoge el corazón
al ver tan rota a María.

Cojo unas colonias,
y voy a visitarle.
Llamo a mis amigas,
para acompañarme.
Y de camino no podemos evitar
lágrimas que caen al recordar.

Llegamos al sepulcro,
la piedra han movido.
No entendemos nada,
el sepulcro está vacío.

¿Qué es lo que han pasado?
¿Acaso lo han robado?
Y cuando miro dentro,
un ser de luz sentado,
que susurra a mi lado.

No entiendo mujer ¿por qué lloras?
¿Por qué buscáis entre los
muertos?
Él no está aquí, ¡ha resucitado!
Recordad cuando os dijo
que debía ser entregado,
por vuestros pecados,
ser crucificado.
Pero que al tercer día, volvería.


Paz en mis entrañas,
amor inexplicable,
sólo quiero gritarlo:
¡Dios existe! ¡Dios es grande!
Lágrimas ahora de felicidad.
Nos han regalado la eternidad.

No entiendo mujer ¿por qué lloras?
¿Por qué buscáis entre los muertos?
Él no está aquí, ¡ha resucitado!
Recordad cuando os dijo
que debía ser entregado,
por vuestros pecados


No entiendo mujer ¿por qué lloras?
¿Por qué buscáis entre los
muertos?
Él no está aquí, ¡ha resucitado!
Recordad cuando os dijo
que debía ser entregado,
por vuestros pecados,
ser crucificado.
Pero que al tercer día, volvería.


Madre de Hakuna

Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.

Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.