Padre pon tu Espíritu sobre mí,
aquí estoy, aquí me tienes.
Gracias por la vida,
Que la viva siendo todo yo
Que la viva siendo todo yo
Todo libre,
todo entregado,
todo Tú,
todo dado,
todo alegre,
todo amante,
todo amado,
todo arrodillado,
todo hijo,
todo hermano,
todo padre,
todo disfrutón,
todo mariano,
todos por todos,
que viva todo,
con toda el alma.
Porque tengo miedo de mi mismo,
Porque no disfruto hoy de cada minuto,
Porque quería ser de un modo distinto,
Porque vivo siempre lo que haré.
Tanta cosa para motivarme,
Basta ya de maltratarme.
Dime Padre porque no me quiero,
Solo tu aprecio mata mi desprecio.
Hazme oír lo que te gusto,
Que vea que me miras con pasión,
Que a nadie quieres tanto como a mí,
Soy Pasión de Dios.
Me dicen que huya de mi debilidad
Tú me dices que permanezca en ella
Me valoran por éxitos y perfección,
Tú disfrutas conmigo tal y como soy.
Débil, enfermo y en pecado,
Impuro, impotente y quebradizo.
Solo así descubro cómo me amas,
Solo así descubro cómo me quieres.
Hazme oír lo que te gusto,
Que vea que me miras con pasión,
Que te recreas en mi belleza,
Que soy la niña de tus ojos,
Que a nadie quieres tanto como a mí,
Eres mi Padre, y ¡enloqueces!
Que a nadie quieres tanto como a mí,
Soy Pasión de Dios.
Con la furia del mar, y la solidez de la roca
Con el ímpetu de la tormenta,
la fuerza del vendaval
Con esa misma contundencia
tú me dices:
Tú eres mío, tú eres mío
Hazme oír lo que te gusto,
Que vea que me miras con pasión,
Que te recreas en mi belleza,
Que soy la niña de tus ojos,
Que a nadie quieres tanto como a mí,
Eres mi Padre, y ¡enloqueces!
Que a nadie quieres tanto como a mí,
Soy Pasión de Dios.
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:
«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros».
Jesús respondió:
«No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.
Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”, al fuego que no se apaga.
Y, si tu pie te hace pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna.”
Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».
Corriendo de aquí para allá,
Llegando a mil sitios sin llegar a ninguno.
Conversaciones, compromisos, discusiones.
También risas, abrazos y amigos.
Y de repente hago silencio.
Y qué encuentro?
No lo sé, no lo veo claro.
No veo mucho, en realidad.
Hace mucho tiempo que no miro aquí dentro, en mi corazón.
Y está todo oscuro.
La mezcla de mis deseos es confusa:
¿Qué quiero hacer con mi vida?
¿Qué quiero hacer con mi tiempo?
Se me escurre entre los dedos,
Y otra vez estoy aquí,
Una semana más.
Y otra vez vuelvo a encontrarme con la tiniebla de mi corazón,
Que no sabe muy bien de dónde viene ni a dónde va…
Todo está oscuro.
Las luces están apagadas como en esta iglesia.
Mi trabajo no ilumina,
Mis amigos tampoco.
Mi familia no me da el calor que necesito.
Todo está bien, todo fluye,
pero todo se apaga en cuanto paro y hago silencio.
¿Por qué?
¿Qué este misterio de mi corazón?
Tras unos minutos de incertidumbre se enciende una luz.
Porque una sola es la Luz que puede brillar en medio de las tinieblas.
Y esa Luz, ha venido a buscarme.
Mi corazón da un salto de esperanza y paz.
Mira, ¡ahí está!
Es es pan blanco.
Brilla, es la Luz de Jesús.
No entiendo mucho,
Igual tampoco siento.
Pero sé que debo seguir mirando.
Una Luz quiere brillar en la oscuridad de mi sinsentido.
Y poco a poco mi corazón vuelve a inundarse de color.
Eres Tú, Jesús, tú eres mi luz.
El Hijo del hombre viene sobre las nubes con gran poder y majestad.
La angustia desaparece.
Las preocupaciones pasan al fondo.
Y en medio, estás Tú.
Tú que con esta mirada lo paras todo.
Tú que con esta mirada enciendes mi corazón.
El mundo está en llamas, pero ese no es el fuego que da calor.
Este es el fuego.
Está presencia que ilumina mi vida entera.
Esta adoración que prende lo que yo no puedo.
¡Jesús! ¡Brilla para mí!
“El Señor es mi luz y mi salvación.
A quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
Quién me gará temblar?”
Una sola es la luz que viene a buscar mi corazón asustado.
Una sola es la voz que resuena en mi corazón y que me hace descansar como un niño.
Todo pasa.
El trabajo,
Los problemas,
El dinero,
El dolor,
Todo pasa.
El cielo y la tierra pasarán, pero tus palabras, Jesús, no pasan.
Tú te quedas conmigo.
Ahí estás Tú, esperando la sentencia
en silencio. Se alza un grito entre la
gente,
que prefiere a un criminal antes que a
ti.
Y allí estás Tú, tan llagado que cuesta
reconocerte,
entre burlas e insultos, sin amor sin
amigos,
hemos huido todos de la cruz.
Pues yo también he sido uno de
ellos,
he preferido cualquier cosa antes
que a Ti,
te he dado la espalda un sinfín de
veces,
no he dejado que te muevas en mí,
y aun así dices que me amas, no sé
qué viste en mí.
¿Qué viste en mí? Sabes que yo no
merezco tanto,
pero yo necesito, tu amor infinito.
Por favor, no me dejes sin Ti.
Ayúdame a que valga la pena,
me he dado cuenta que no puedo
estar sin Ti.
Que valga la pena: que viva tu
condena,
junto a María de rodillas ante Ti.
Perdóname, ahora aquí me tienes,
derramado a tus pies.
Sé que cometí el error de anteponer a
tus caminos la razón.
Sé que volveré a caer, más de mil
veces fallaré a tu perdón,
y aun así dices que me amas, no sé
que viste en mí.
Que enfermo corazón,
que te dice que no.
Que da hasta dos mil vueltas
sobre la razón, sufre en la fricción
entre el mundo y tu amor.
Que humano y vacío se queda el dolor
al sobrevivir, y no vivir contigo.
Soy nacido de lo alto,
resurgido en el Jordán.
Con agua y fuego me sellaste,
mi destino, la eternidad.
Ha empezado la batalla,
en cada corazón.
Los cojos corren los mudos claman:
la victoria inevitable del Amor.
Mi corazón mira hacia oriente en espera de su Salvador.
No quiero hacer esperar
a un Cielo que ha empezado ya.
Los ciegos nunca vimos tanto color
ni muertos tan vivos por amor.
Y que prometida salvación,
que ya comenzó.
En alianza a su pueblo, alianza
conmigo,
eres fiel a mí, Tú me has elegido.
Unidos Tú y yo, recorriendo el camino
y si trato de huir, o miro a otro lado
gobiernas tú mis pasos.
Soy nacido de lo alto,
resurgido en el Jordán.
Con agua y fuego me sellaste,
mi destino, la eternidad.
Ha empezado la batalla,
en cada corazón.
Los cojos corren los mudos claman:
la victoria inevitable del Amor.
Mi corazón mira hacia oriente
en espera de su Salvador.
No quiero hacer esperar
a un Cielo que ha empezado ya.
Los ciegos nunca vimos tanto color
ni muertos tan vivos por amor (x2)
Y que prometida salvación,
que ya comenzó.
En alianza a su pueblo, alianza
conmigo,
eres fiel a mí…
Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.
Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.