¿Por qué hacemos de la sexualidad algo cruel?

🗓 13 de enero de 2025


Todo

Padre pon tu Espíritu sobre mí,
aquí estoy, aquí me tienes.
Gracias por la vida,
Que la viva siendo todo yo
Que la viva siendo todo yo

Todo libre,
todo entregado,
todo Tú,
todo dado,

todo alegre,
todo amante,
todo amado,

todo arrodillado,
todo hijo,
todo hermano,
todo padre,

todo disfrutón,
todo mariano,
todos por todos,

que viva todo,
con toda el alma.


Conciénciame

Vengo a gritarte los deseos
de mi corazón
porque a sus últimos repliegues
sólo tus manos llegan,
sólo

Conciénciame, Señor
Conciénciame, Señor


De ser tu amado por mí mismo
y no por mis actos
De ser no sólo deseado
sino imprescindible para ti
Mmmmmmm x3

De ser persona de tu confianza
a pesar de mi pasado
Mendigo de tu vida
de tu humanidad necesitado

De ser yo templo en que estás vivo
con infinita fuerza
De ser motivo de que Dios
se recree en mi belleza

Conciénciame, Señor
Conciénciame,
de ser el único que puede
saciar tu sed de mí


De no estar hecho para el éxito
sino para el amor
De no vivir para mí mismo
sino para la comunión
Mmmmmmm x3

De no vivir de sentimientos
sino sensibilidad
No querer cumplir mis metas
sino amar tu voluntad.

De ser uno de los llamados
a tu Revolución
De ser carne de Cristo,
cuerpo de mi Señor

Conciénciame, Señor
Conciénciame, Señooooooor
Conciénciame, Señor
Conciénciame,
de ser el único que puede
saciar tu sed de mí


Evangelio

Del santo Evangelio según S. Lucas (3, 15-16. 21-22):

En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:

«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego».

Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo:
«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».


Voz en off

Hay un tipo de confianza que indescriptible, que sólo se comprende cuando de experimenta. Y por mucho que te lo cuenten, tienes que vivirla.

Es esa confianza en una promesa, en un amor infinito, en algo que no ves, pero que conoces perfectamente. La confianza en que todo está cumplido.

Es sabernos acompañados, saber que caminas a nuestro lado, que, aún volviendo al Padre, nunca nos has dejado.

Y es que lo vemos cada día, vemos tu amor infinito en las calles, en los increíbles paisajes, en la comunión, en nuestros amigos, en la bondad de la gente… Es evidente que sigues aquí. Que has vuelto a nuestro lado.

Estás presente en el Espíritu Santo, que es nuestra fuerza, nuestra sabiduría y nuestra inteligencia. Él es quien nos recuerda la paz que nos has dado. La paz que solo Tú nos puedes dar. No es una paz mundana, sino una paz que va mucho más allá. Es la paz que se instala en el corazón, y que recuerda que el Dios del Universo, es mi Padre. ¿A qué he de temer?

Y aún siendo consciente de todo esto, aún confiando en ti y en tu plan, aún sabiéndome hija tuya, muchas veces, tengo miedo. Miedo de alejarme, miedo de no poder verte, miedo de sentirme sola, abandonada…

Pero el amor es mucho más grande que el miedo, y sé que solamente amándote, puedo sentir esa tranquilidad de que contigo todo irá bien, de que, en el sufrimiento, en el dolor, en el temor me dices “No tengas miedo, yo estoy contigo: mira, soy yo, vengo a ti, vengo a ayudarte: mira mis manos, mira mi costado, mira mis pies. Sé el dolor que estás sintiendo. Abandónate en mi, todo va a ir bien”.

No existe una alegría mayor que la de ser hija De Dios, que la de la convicción que da el saber que el amor es más fuerte que el odio, y que el Espíritu Santo no deja de trabajar para que nos convirtamos en lo que somos según el plan De Dios.


Nacidos de lo alto

Que enfermo corazón,
que te dice que no.
Que da hasta dos mil vueltas
sobre la razón, sufre en la fricción
entre el mundo y tu amor.

Que humano y vacío se queda el dolor
al sobrevivir, y no vivir contigo.

Soy nacido de lo alto,
resurgido en el Jordán.
Con agua y fuego me sellaste,
mi destino, la eternidad.
Ha empezado la batalla,
en cada corazón.
Los cojos corren los mudos claman:
la victoria inevitable del Amor.

Mi corazón mira hacia oriente en espera de su Salvador.
No quiero hacer esperar
a un Cielo que ha empezado ya.
Los ciegos nunca vimos tanto color
ni muertos tan vivos por amor.

Y que prometida salvación,
que ya comenzó.
En alianza a su pueblo, alianza
conmigo,
eres fiel a mí, Tú me has elegido.

Unidos Tú y yo, recorriendo el camino
y si trato de huir, o miro a otro lado
gobiernas tú mis pasos.

Soy nacido de lo alto,
resurgido en el Jordán.
Con agua y fuego me sellaste,
mi destino, la eternidad.

Ha empezado la batalla,
en cada corazón.
Los cojos corren los mudos claman:
la victoria inevitable del Amor.

Mi corazón mira hacia oriente
en espera de su Salvador.
No quiero hacer esperar
a un Cielo que ha empezado ya.
Los ciegos nunca vimos tanto color
ni muertos tan vivos por amor (x2)

Y que prometida salvación,
que ya comenzó.
En alianza a su pueblo, alianza
conmigo,
eres fiel a mí…


Mirada

Mirada creadora creando,
la del salvador salvando.
Mirada de la Comunión,
amando

Mirada de misericordia
del amor crucificado,
mirada que penetra en mi alma,
un fuego abrasador.

Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
Pues es la más bella y preciada,
la más pura de amor.


Mirada de verdad sincera,
mirada de Rey que reina,
Mirada que envuelve mi vida
y purifica
Mirada del principio y fin
Mirada del Resucitado
Mirada que deslumbra con su luz
Y al cegar sana

Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
Pues es la más bella y preciada,
la más pura de amor.


Perdóname si cuando miro
miro sin mirar,
si estos ojos que me diste
no saben amar.
sólo veo cuerpos
solo veo humanidad
pero me pierdo, mi Señor,
toda divinidad.

Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!
Pues es la más bella y preciada,


Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
Si es la más bella y preciada,
la más pura de amor,
la más pura de amor.


Bendito

Bendito sea Dios, su santo nombre
Bendito Jesucristo, Dios de carne
Bendita creación que enmoró a su Creador
Bendito deseado y deseante

Bendito sea Dios su ardiente corazón
Su preciosa sangre, su presencia
apasionada en el altar
Bendito el Espíritu libre y amante
Bendita la Madre de Dios, José, los
ángeles, los santos
Bendito Cristo entre nosotros:
¡¡su familia!!

Uuuuuuuuuuuuu
Que da la vida
¡¡Bendito sea Dios que da la Vida!!


Madre de Hakuna

Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.

Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.