«NAVIDAD»

🗓 17 de diciembre de 2024


Ven espíritu ven

Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)

Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.


Déjamelo 10 minutos conmigo

Hay un lucero nuevo que alumbra la madrugada
y tiene brillo de corona de oro para un Rey.
El universo tiembla de ternura con la nana
que una Doncella virgen tararea al Enmanuel.

No quiere más riqueza que vivir sin tener nada.
No quiere más victoria que sufrir y padecer.
Los ángeles se quedan como locos con las ganas
que tiene de morir para que yo pueda nacer.

¡Cántale, María, qué lindo es!
Déjamelo 10 minutos conmigo,
quiero tener en mis brazos al Rey,
contigo, Madre, darle cariño.

Mira cómo se emociona José,
déjamelo 10 minutos conmigo.
Hoy en Belén ha nacido un
bebé y da la vida con sus latidos.

Hoy se han hecho divinos los caminos de la tierra
y todos me conducen en volandas a Belén.
Viva la nochebuena más humana y más eterna,
viva mi Niño lindo con María y con José.

Cuando la tierra llore que ha perdido la esperanza,
cuando la primavera tarde mucho en renacer,
yo pediré refugio en el pesebre y haré guardia
lleno de amor y fe junto a la mula y junto al buey.

¡Cántale, María, qué lindo es!
Déjamelo 10 minutos conmigo,
quiero tener en mis brazos al Rey,
contigo, Madre, darle cariño.

Mira cómo se emociona José,
déjamelo 10 minutos conmigo.
Hoy en Belén ha nacido un
bebé y da la vida con sus…

latidos de Rey, yo le adoro y le beso también.
Nochebuena en Belén, tiene aroma de flor del Edén.
Sus latidos de Rey, yo le adoro y le beso también,
Nochebuena en Belén, tiene aroma de flor del Edén.

¡Cántale, María, qué lindo es!
Déjamelo 10 minutos conmigo,
quiero tener en mis brazos al Rey,
contigo, Madre, darle cariño.

Mira cómo se emociona José,
déjamelo 10 minutos conmigo.
Hoy en Belén ha nacido un
bebé y da la vida con sus latidos.

Hoy en Belén ha nacido un bebé

y da la vida con sus latidos.


Evangelio

Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 3, 10-18

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:
«¿Entonces, qué debemos hacer?».

Él contestaba:
«El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo».

Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:
«Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?».

Él les contestó:
«No exijáis más de lo establecido».

Unos soldados igualmente le preguntaban:
«Y nosotros ¿qué debemos hacer?».

Él les contestó:
«No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentaos con la paga».

Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga».

Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio.


Voz en off

Cuánto buscamos hacer de la oración un esfuerzo,
una fórmula, una respuesta.
Y sin embargo,
orar es simplemente permanecer.

Es quedarse, aun cuando no hay palabras.
Es confiar, aun cuando todo parece callar.

Hay una fuerza que nace en el silencio,
una fe que crece despacio,
sin ruido, sin aplausos,
como una raíz que se extiende bajo tierra.

La oración no cambia a Dios,
nos cambia a nosotros.
Nos ablanda, nos abre,
nos enseña a mirar distinto.

Perseverar no es obstinarse.
Es amar sin medida,
seguir esperando aunque nada se mueva,
seguir creyendo cuando todo parece detenerse.

Permanecer.
Eso basta.

Porque el alma también florece en la espera.
Porque en medio del cansancio,
el corazón aprende a descansar en Dios,
a confiar sin entender,
a amar sin exigir respuesta.

Todo lo que es sostenido por amor
termina dando fruto.
Quizás lento,
quizás oculto,
pero siempre vivo.

Y entonces comprendemos:
no se trata de convencer,
sino de dejarse habitar.
No se trata de hablar,
sino de permanecer.

La fe es eso:
un corazón que late despacio,
pero no deja de latir.

Deseo permanecer en ti.


Del Cielo

Se viste de música y luces la ciudad.
Ya vuelven los hijos al calor del hogar.
¿Qué se celebra en Navidad?
Que una noche de entre tantas
una estrella brilló más;
Que de una virgen nació un niño
que al mundo viene salvar.
Es esto y nada más.

Muchos hablaban de su llegada,
esperando con ansia verle aparecer.
No pensaban que fuera un bebé
el Mesías de Israel.
Tanto tiempo aguardando
y no le vieron en Él.

¡Creo que este niño
viene del Cielo!
Vemos en el pesebre
de quién es su Reino:
de los pequeños
que quieran entrar.
Allí los pobres encuentran
su hogar,
en la cuna hay un Dios que,
a la espera, les quiere mirar.


INTRO

Pastores y reyes magos,
caen a sus pies.
Dios reina desde un establo
en una cuna de Belén.
Viva su sencillez.

Cabalgando a carcajadas,
en las rodillas de José.
Devuelve la inocencia
al corazón que se fue.
Buscando una triste madurez.

Y tantos que abandonamos
nuestras ilusiones.
Por proyectos y planes
de futuro mayores.
Hoy viendo el rostro del niño Jesús,
reconocemos nuestra esclavitud,
y le pedimos que nos libere con su luz.

¡Creo que este niño
viene del Cielo!
Vemos en el pesebre
de quién es su Reino:
de los pequeños
que quieran entrar.
Allí los pobres encuentran
su hogar,
en la cuna hay un Dios que,
a la espera, les quiere mirar.


INTRO

¡Creo que este niño
viene del Cielo!


Hoy en Belén

Algo ha pasado
no nos hemos enterado
acaba el año, volvemos a empezar.
No soy consciente, apenas me he parado
tanto ajetreo nos ha vuelto a cegar.


Pero Tú has llegado
para abrir tus brazos
y con tu abrazo acoger mi realidad.
Y que mi pobreza, mis fallos y miserias
se hagan regalos en Navidad.

Y no entiendo por qué,
junto a María y José,
Dios se hace carne:
¡Mi carne es!


Y no entiendo por qué,
junto a una mula y un buey,
nace en mi vida,
hoy en Belén.


Lele lelerelele lele le lerelele lerelele


Tú ya estabas nos lo habían anunciado,
en los portales de nuestra ciudad,
todos los rostros que gritan, sufren, lloran
cuya mirada nos lleva a tu Verdad.

Algo ha pasado,
mi vida se ha llenado.
Vuelvo a ser niño si me dejo llevar,
porque confío en que vamos de la mano
a vivir una eterna Navidad.

Y no entiendo por qué,
junto a María y José,
Dios se hace carne:
¡Mi carne es!


Y no entiendo por qué,
junto a una mula y un buey,
nace en mi vida,
hoy en Belén.


Lele lelerelele lele le lerelele lerelele (x2)


Y no entiendo por qué,
junto a María y José,
Dios se hace carne:
¡Mi carne es!


Y no entiendo por qué,
junto a una mula y un buey,
nace en mi vida,
hoy en Belén.


Celebrad que es verdad,
hoy mi Dios, mi Rey
nace en mi vida,
¡es Navidad!


Lele lelerelele lele le lerelele lerelele


Bendito

Bendito sea Dios, su santo nombre
Bendito Jesucristo, Dios de carne
Bendita creación que enmoró a su Creador
Bendito deseado y deseante

Bendito sea Dios su ardiente corazón
Su preciosa sangre, su presencia
apasionada en el altar
Bendito el Espíritu libre y amante
Bendita la Madre de Dios, José, los
ángeles, los santos
Bendito Cristo entre nosotros:
¡¡su familia!!

Uuuuuuuuuuuuu
Que da la vida
¡¡Bendito sea Dios que da la Vida!!


Madre de Hakuna

Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.

Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.