Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)
Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.
Venid, hombres todos, que sentís el gozo
de ver el gran día de paz y de amor.
El Rey del cielo a Belén desciende.
Postrémonos humildes
delante del Dios Hombre,
Venid y adoremos al Rey y Señor.
Buscando el pesebre, dejan sus rebaños,
pastores que oyeron la cita de Dios.
También nosotros a Belén corramos.
Postrémonos humildes
delante del Dios Hombre,
Venid y adoremos al Rey y Señor.
El Rey de la Gloria, se hace siervo humilde:
en la carne esconde, su eterno esplendor.
Un Dios se viste, con pañal humilde.
Postrémonos humildes
delante del Dios Hombre,
Venid y adoremos al Rey y Señor.
Pues duerme entre pajas, sin hogar y pobre,
de un abrazo nuestro reciba el calor.
Si así nos ama, nuestro amor se inflame.
Postrémonos humildes
delante del Dios Hombre,
Venid y adoremos al Rey y Señor.
Del santo evangelio según san Juan (1, 6-8. 19-28)
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
Y este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?». Él confesó y no negó; confesó: «Yo no soy el Mesías». Le preguntaron: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?». Él dijo: «No lo soy». «¿Eres tú el Profeta?». Respondió: «No». Y le dijeron: «¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?». Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías». Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?». Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia». Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
Tengo que andar con cuidado, piensa la mula,
pues llevo sobre mí
a María y al Niño,
aún no sé como es (lara lala),
mas pronto nacerá (lara lala),
tengo que darme prisa
y encontrar un lugar.
San José va preocupado, pues hace frío,
la noche es muy oscura
y va a nacer el Niño.
María le consuela (lara lala)
y le dice a José (lara lala)
"Verás como esta noche
estaremos los tres."
¡Qué suerte tengo!, piensa la mula,
voy a correr,
voy a correr,
conozco un sitio donde quizás pueda nacer.
Venid pastores, id preparando, aquel lugar, aquel lugar,
pedid ayuda dentro de nada van a llegar.
Tengo que darle mi aliento, pues hace frío,
Mientras con la mirada, no lo deja un momento.
Es un niño precioso (lara, lala)
Nunca vi cosa igual (lara, lala)
Que milagro tan grande, en un pobre portal.
¡Qué suerte tengo!, piensa la mula,
voy a correr,
voy a correr,
conozco un sitio donde quizás pueda nacer.
Venid pastores, id preparando, aquel lugar, aquel lugar,
pedid ayuda dentro de nada van a llegar. (X2)
Me he hecho tantas preguntas
Intentando entender
Me he lanzado a buscarte
Sin saberte ver
Me he asomado al abismo
Me he atrevido a saltar y caer
Y un huracán romperá el cielo desde mi garganta
Gritándote donde estas cuando me haces falta
Y me han dado respuestas
Pero no se que hacer
He prometido seguirte sin entender
Y hay un eco en lo hondo que me empuja hacia ti
Y aunque sea sin sentirte te buscaré
Y un huracán romperá el cielo desde mi garganta
Gritándote donde estas cuando me haces falta x2
Estoy aquí, en el silencio
Estoy aquí, en este viento
Estoy aquí, soy este trozo de pan
Estoy aquí, en tu lamento
Estoy aquí, en ese eco
Estoy aquí, soy este trozo de pan
Y un huracán romperá el cielo desde mi garganta
Gritándote donde estas cuando me haces falta (x4)
Y tu huracán romperá el cielo desde mi garganta
Gritándome cuanto me haces falta
Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.
Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.
La Virgen se está peinando
Entre cortina y cortina
Sus cabellos son de oro
Y el peine de plata fina
Pero mira cómo beben los peces en el río
Pero mira cómo beben por ver al Dios nacido
Beben y beben y vuelven a beber
Los peces en el río por ver a Dios nacer
La Virgen está lavando
Y tendiendo en el romero
Los angelitos cantando
Y el romero florecido
Pero mira cómo beben los peces en el río
Pero mira cómo beben por ver al Dios nacido
Beben y beben y vuelven a beber
Los peces en el río por ver a Dios nacer
La Virgen está lavando
Con muy poquito jabón
Se le picaron las manos
Manos de mi corazón
Pero mira cómo beben los peces en el río
Pero mira cómo beben por ver al Dios nacido
Beben y beben y vuelven a beber
Los peces en el río por ver a Dios nacer