MISERICORDIA Y TESTIMONIO

🗓 21 de febrero de 2024


Todo

Padre pon tu Espíritu sobre mí,
aquí estoy, aquí me tienes.
Gracias por la vida,
Que la viva siendo todo yo
Que la viva siendo todo yo

Todo libre,
todo entregado,
todo Tú,
todo dado,

todo alegre,
todo amante,
todo amado,

todo arrodillado,
todo hijo,
todo hermano,
todo padre,

todo disfrutón,
todo mariano,
todos por todos,

que viva todo,
con toda el alma.


Cirineo (Estación V)

¿Quién ayuda a quién?
¿Quién me abrió los ojos a la
eternidad?
¿Quién lavó con sangre mi fragilidad?
¿Quién me ama hasta la muerte de
verdad?

¿Quién abraza a quién?
Qué ligero el peso si lo llevas Tú.
¿Cuánto suman dos miradas y una
Cruz?
Quiero ser un Cirineo de Jesús,
Quiero ser tu Cirineo, mi Jesús.

Dame tu vida, Señor,
Dame tus brazos, tu voz.
Sobre la Cruz, mi corazón
se hace grande en tu dolor,
por amor, por amor…

¿Quién espera a quién?
¿Quién me llama por mi nombre
como Tú?
¿Quién amó su noche para darme luz?
Quiero ser un Cirineo de Jesús,
Quiero ser tu Cirineo, mi Jesús.

Toma mi vida, Señor,
toma mis brazos, mi voz.
Sobre la Cruz, mi corazón
se hace grande en tu dolor,
por amor, por amor…
(X2)


Evangelio

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre bestias, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.
Decía: «Se ha cumplido el tiempo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»

Voz en Off

Miro a mi corazón y veo mucha arena.
La apatía me ha robado el pulso,
a veces ya no escucho Tu Voz latir.
Miro a mi corazón y veo cadenas,
¿dónde está mi Libertad?
¿cuándo alcanzaré la Verdad que me hará libre?

Lo intento y no logro recostarme en Tus Brazos.
Las bestias me rodean y no logro alzar la mirada para confiar en el Padre.
Señor, ¿cómo encontrarte en el desierto?
Dime si te escondes en la tormenta de arena.
Enséñame a verte, aún con tierra en los ojos.
A sentirme vacío y aún así quedarme.
A contemplar Tu Cuerpo pese a mi corazón seco.

Quiero salir de aquí, encaminarme hacia Oriente.
En silencio y soledad, llegar a Tu Presencia,
que derrames Tu Gracia a torrentes en mí.

Llámame Cristo Sufriente,
llévame al desierto para abrazarte en silencio,
negarme a mí mismo y estar junto a Ti.

Llévame a la soledad conTigo,
donde no me quede nada,
tan solo un débil deseo,
que crece y apunta a Tu Nombre.

Llévame al desierto,
descálzame,
rescata de la esclavitud a tu siervo.

Quiero expatriarme por Cristo,
despojarme de todo,
clavarme a la cruz,
llorar con el Padre y vivir,
¡qué comience la vida!

Abrazar el desierto,
conocer el amor incesante de Cristo Viviente.
Arodillarse, aún sin fuerza, ante la Fuente de Vida.


La medida del amor (Estación XI)

¿Cuál es la medida del amor?
¿Cuánto alcanzan los latidos del
dolor?
“Padre mío, dales tu perdón.
Aún no saben que esas manos son de
Dios”.

Se conmueve el universo en cada
golpe
y el silencio deja hablar al corazón.
Un madero y unos clavos
empapados
de la sangre del más bello
Redentor.
Tu dolor me vuelve loco,
me da vida, y sin hablar me enseña
todo
lo que puede un corazón,
la medida sin medida del Amor.

En la Cruz clavaron el amor,
y un abrazo se hizo eterno en mi
dolor.
Clávame contigo, mi Jesús,
quiero darme y darlo todo como Tú.

Se conmueve el universo en cada
golpe
y el silencio deja hablar al corazón.
Un madero y unos clavos
empapados
de la sangre del más bello
Redentor.
Tu dolor me vuelve loco,
me da vida, y sin hablar me enseña
todo
lo que puede un corazón,
la medida sin medida del Amor.


El Rey de mi vida

Quiero alabarte sin parar
todos los días.

Que tu presencia sea el anhelo
de mi vida.

Yo quiero hacer tu voluntad.
Señor yo te quiero agradar.

Y quiero darte
siempre el primer lugar.
Yo quiero darte
siempre el primer lugar.

Si tu eres el rey.
El rey de mi vida.
El número uno en mi corazón.
A ti yo te rindo todo lo que soy.

Si tu eres el rey.
El rey de mi vida.
El número uno en mi corazón.
A ti yo te rindo todo lo que soy.

Quiero adorarte sin parar
todos los días.

Que tu presencia sea el anhelo
de mi vida.

Yo quiero hacer tu voluntad.
Señor yo te quiero agradar.

Y quiero darte
siempre el primer lugar.
Yo quiero darte
siempre el primer lugar.

Si tu eres el rey.
El rey de mi vida.
El número uno en mi corazón.
A ti yo te rindo todo lo que soy.

Si tu eres el rey.
El rey de mi vida.
El número uno en mi corazón.
A ti yo te rindo todo lo que soy.


Bendita sea tu pureza

Bendita sea Tu Pureza,
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea en
tan graciosa belleza.

A Ti Celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día: alma,
vida y corazón.

Mírame con compasión,
No me dejes Madre mía.
(Bis)

Bendita, sea Tu Pureza,
bendita, sea Tu Pureza,
no me dejes, (oh, no, no)
no me dejes, (oh, no, no)
Madre mía.

Bendita sea Tu Pureza,
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea en
tan graciosa belleza.

A Ti Celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día: alma,
vida y corazón.

Mírame con compasión,
No me dejes Madre mía.
(Bis)

Bendita, sea Tu Pureza,
bendita, sea Tu Pureza,
no me dejes, (oh, no, no)
no me dejes, (oh, no, no)
Madre mía.

Madre mía... Madre mía