Convocados por el Padre
A formar una asamblea
En un solo lugar
Para hacer de todos Uno
Convocados por el Hijo
A celebrar su Pascua
El misterio del Señor
Muerto y resucitado
Convocados por el Espíritu
Que nos prepara
Manifiesta su presencia
Realiza el misterio
Y nos pone en comunión
Gracias (libres)
Gracias (vivos)
Gracias (nuevos)
Salvador del mundo
Gracias (libres)
Gracias (vivos)
Santos por su Cruz
Nuevos por su Resurrección
Señor ten piedad,
perdóname Señor,
Señor, ten piedad
Cristo apiádate,
de este mundo apiádate
Cristo, ten piedad
Perdónanos,
Tú que sanas límpianos,
Señor, ten piedad
Aleluya, aleluya, aleluya
Ya no, reina el silencio
Todo tiene sentido
Su palabra es luz y vida
Háblanos Señor
Aleluya, aleluya, aleluya
Aleluya, aleluya, aleluya
(Pan:)
Bendito, seas por siempre
Bendito, seas por siempre
Bendito, seas por siempre
Señor (x2)
(Vino:)
Bendito, seas por siempre
Bendito, seas por siempre
Bendito, seas por siempre
Señor (x2)
(Sacerdote: “Orad, hermanos,
para que este sacrificio, mío y vuestro,
sea agradable a Dios, Padre
todopoderoso.”)
(Pueblo: )
Que reciba el Señor de tus manos
Este sacrificio para la alabanza y
gloria de su Nombre
Para nuestro bien y el de toda su
Santa Iglesia
Para nuestro bien y el de toda su
Santa Iglesia
Cordero de Dios,
Tú que quitas el Pecado,
ten Piedad, ten Piedad de nosotros
Cordero de Dios,
Tú que quitas el Pecado,
ten Piedad, ten Piedad de nosotros
Cordero de Dios,
Tú que quitas el Pecado,
danos, danos tu Paz
Me he hecho tantas preguntas
Intentando entender
Me he lanzado a buscarte
Sin saberte ver
Me he asomado al abismo
Me he atrevido a saltar y caer
Y un huracán romperá el cielo desde mi garganta
Gritándote donde estas cuando me haces falta
Y me han dado respuestas
Pero no se que hacer
He prometido seguirte sin entender
Y hay un eco en lo hondo que me empuja hacia ti
Y aunque sea sin sentirte te buscaré
Y un huracán romperá el cielo desde mi garganta
Gritándote donde estas cuando me haces falta x2
Estoy aquí, en el silencio
Estoy aquí, en este viento
Estoy aquí, soy este trozo de pan
Estoy aquí, en tu lamento
Estoy aquí, en ese eco
Estoy aquí, soy este trozo de pan
Y un huracán romperá el cielo desde mi garganta
Gritándote donde estas cuando me haces falta (x4)
Y tu huracán romperá el cielo desde mi garganta
Gritándome cuanto me haces falta
Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la
justicia, tu diestra te enseñe a realizar
proezas.
Tus flechas son agudas,
los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono, oh Dios,
permanece para siempre,
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la
impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo
entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus
vestidos,
desde los palacios de marfiles
te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen,
salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina,
enjoyada con oro de Ofir.
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey,
con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
A cambio de tus padres,
tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por
toda la tierra.
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
Que enfermo corazón,
que te dice que no.
Que da hasta dos mil vueltas
sobre la razón, sufre en la fricción
entre el mundo y tu amor.
Que humano y vacío se queda el dolor
al sobrevivir, y no vivir contigo.
Soy nacido de lo alto,
resurgido en el Jordán.
Con agua y fuego me sellaste,
mi destino, la eternidad.
Ha empezado la batalla,
en cada corazón.
Los cojos corren los mudos claman:
la victoria inevitable del Amor.
Mi corazón mira hacia oriente en espera de su Salvador.
No quiero hacer esperar
a un Cielo que ha empezado ya.
Los ciegos nunca vimos tanto color
ni muertos tan vivos por amor.
Y que prometida salvación,
que ya comenzó.
En alianza a su pueblo, alianza
conmigo,
eres fiel a mí, Tú me has elegido.
Unidos Tú y yo, recorriendo el camino
y si trato de huir, o miro a otro lado
gobiernas tú mis pasos.
Soy nacido de lo alto,
resurgido en el Jordán.
Con agua y fuego me sellaste,
mi destino, la eternidad.
Ha empezado la batalla,
en cada corazón.
Los cojos corren los mudos claman:
la victoria inevitable del Amor.
Mi corazón mira hacia oriente
en espera de su Salvador.
No quiero hacer esperar
a un Cielo que ha empezado ya.
Los ciegos nunca vimos tanto color
ni muertos tan vivos por amor (x2)
Y que prometida salvación,
que ya comenzó.
En alianza a su pueblo, alianza
conmigo,
eres fiel a mí…
En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él se levantó y lo siguió.
Y estando en la casa, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».
Jesús lo oyó y dijo:
«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "Misericordia quiero y no sacrificio": que no he venido a llamar a justos sino a pecadores».
VOZ EN OFF
Te ha fallado, Padre. Llevo años fallándote, me he vuelto contra los míos, he preferido el dinero y los placeres de este mundo a tu Reino.
Ya ni sé porque sigo aquí, me desprecian todos los grupos, me odian los míos y no me aceptan aquellos para los cuales monto mis apariencias.
Tal vez lo que me permite continuar es pensar que no hay vuelta atrás para estas decisiones que he tomado.
Pero apareces Tú, y tan sencillo me dices que te siga. Sin muchas palabras, sólo mirándome. ¡Qué mirada más poderosa me has dirigido!
Me has leído el alma, Jesús. No puedo hacer más que agachar mis ojos, y sentirme completamente envuelto por tu amor. No lo entiendo, pero me nace un deseo de dejar todo y ponerme en marcha.
Me viste entero, con todo lo que ni yo quiero mirar, y aún así me pediste que te siguiera… no lo entiendo. Me viste en mi pecado, me viste en mi traición ¿y ahora me dices que quieres cenar en mi casa? ¿Qué dirán de Ti?
Nuestra cena debe ser la cena más bizarra a la que haya acudido en mi vida. Todos los que te rodeamos somos pecadores, somos necesitados de amor y aquí, en tu presencia, nos sentimos llenos de él. Tanto que comenzamos a reír, que compartimos el pan.
Se nos acercan Fariseos, nos miran con ojos extraños, nos juzgan… te juzgan. Te juzgan por sentarte con nosotros, Jesús.
Se nos acaban las risas, no sabemos qué decir, tienen razón. ¿Cómo Tú, nuestro Señor, está sentado aquí con nosotros? ¡¿Cómo es que estás sentado conmigo?!
Te levantas, aparentemente tranquilo, pero el silencio impera en el ambiente. Te levantas y los miras como me miraste a mí hace unas horas y les dices que justo a esto viniste. A sanarnos con tu amor, a cuidar a quienes necesitemos de este amor. Que viniste a llamarnos a todos nosotros. Que sabes que solo así podremos vencer el mal.
El mal en nosotros y el mal en el mundo.
Con tu amor.
Se me llenan los ojos de lágrimas, y te doy la espalda, no quiero que me veas llorar, pero siento cómo tu mirada penetra desde atrás por un segundo. Ahora lo entiendo; te volveré a fallar, pero no temo, porque es por eso es que estás aquí.
Han pasado ya tres días
desde que se fue.
Todavía no entiendo
cómo le ha pasado esto a Él.
Al que más amaba,
al que por Amor vivía.
Se me encoge el corazón
al ver tan rota a María.
Cojo unas colonias,
y voy a visitarle.
Llamo a mis amigas,
para acompañarme.
Y de camino no podemos evitar
lágrimas que caen al recordar.
Llegamos al sepulcro,
la piedra han movido.
No entendemos nada,
el sepulcro está vacío.
¿Qué es lo que han pasado?
¿Acaso lo han robado?
Y cuando miro dentro,
un ser de luz sentado,
que susurra a mi lado.
No entiendo mujer ¿por qué lloras?
¿Por qué buscáis entre los
muertos?
Él no está aquí, ¡ha resucitado!
Recordad cuando os dijo
que debía ser entregado,
por vuestros pecados,
ser crucificado.
Pero que al tercer día, volvería.
Paz en mis entrañas,
amor inexplicable,
sólo quiero gritarlo:
¡Dios existe! ¡Dios es grande!
Lágrimas ahora de felicidad.
Nos han regalado la eternidad.
No entiendo mujer ¿por qué lloras?
¿Por qué buscáis entre los muertos?
Él no está aquí, ¡ha resucitado!
Recordad cuando os dijo
que debía ser entregado,
por vuestros pecados
No entiendo mujer ¿por qué lloras?
¿Por qué buscáis entre los
muertos?
Él no está aquí, ¡ha resucitado!
Recordad cuando os dijo
que debía ser entregado,
por vuestros pecados,
ser crucificado.
Pero que al tercer día, volvería.
Por tu Iglesia, que te espera a oscuras,
por tu pueblo que te reza aguardando
la aurora.
Te rogamos, te rogamos.
Por las naciones paganas,
que tienen sed de ti sin saberlo.
Ten piedad, ten piedad.
Por los pueblos oprimidos por el
totalitarismo
y la opresión de la mentira.
Por aquellos perseguidos por tu
nombre, que se ocultan para orar
y aquellos extraídos de su hogar.
Por sus perseguidores,
cegados por el odio,
“Perdónales, Padre,
no saben lo que hacen.”
Por los que no nos aman,
por los que no sabemos amar.
Por los que sufren y agonizan
y hoy duermen en el hospital.
Por los que es su última noche
y cuyos ojos no verán el nuevo día.
Ten piedad, ten piedad.
Por todos los que sufren la tentación
del suicidio,
por los dispuestos a dejar ganar al
mal.
Por aquellos cuyas noches son
interminables,
y a los que la angustia
les ha quitado la paz.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison,
Kyrie Eleison.
Por aquellos que trabajan en la
prostitución
y se ven obligados a vender su amor.
Por los que caen en la trampa
del vicio y las drogas.
Por los que hoy duermen en prisión,
por los que hoy esperan su ejecución,
por aquellos a los que torturan,
Por criminales, por los ladrones,
por los que erran en soledad,
por los que sufren
la indiferencia de los demás.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Por la ciudad,
por todos sus habitantes,
que en sus sueños solo existas Tú.
Por nuestros difuntos que aún no han
visto tu Rostro,
por los alejados entre la multitud.
Por los niños que descansan en el
seno de su madre,
por las mujeres que van a dar a luz.
Para que reine tu paz en cada hogar,
por los que quieren
saciar tu sed de amar.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison,
Kyrie Eleison.
Ten piedad (x10)
Ten piedad, Señor, ten piedad.
Bendito sea Dios, su santo nombre
Bendito Jesucristo, Dios de carne
Bendita creación que enmoró a su Creador
Bendito deseado y deseante
Bendito sea Dios su ardiente corazón
Su preciosa sangre, su presencia
apasionada en el altar
Bendito el Espíritu libre y amante
Bendita la Madre de Dios, José, los
ángeles, los santos
Bendito Cristo entre nosotros:
¡¡su familia!!
Uuuuuuuuuuuuu
Que da la vida
¡¡Bendito sea Dios que da la Vida!!
Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.
Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.