La alegría

🗓 10 de junio de 2025


Ven espíritu ven

Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)

Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.


Sencillamente

Creo, sencillamente
quiero disfrutar de
la serenidad del creer.
Desligar el creer del sentir,
creo, mi Dios, ¡y basta!

Te creo en tus Misterios
sin entenderlos
te creo en mí y en el Pan Blanco,
en el prójimo y en la Creación,
sin verte en ningún lado.

Creo, Señor, sencillamente
Porque creer es confiar
¡Cómo me gusta creerte
sintiendo dudas,
sintiendo dudas,
sintiendo dudas!

Digo que eres Amor
escucho que soy tu amado
no siento y qué más da,
¡te quiero y eso basta!

Amo, Señor, sencillamente
porque amar es entregarse
¡Cómo me gusta amarte
estando frío,
estando frío,
estando frío!

Espero en tu Palabra,
vivo en tu Promesa,
¡gozo en Ti lo que aún me falta!

Espero, Señor, sencillamente
porque esperar es descansar
¡Cómo me gusta esperarte
sintiendo miedo,
sintiendo miedo,
sintiendo miedo!

Creo, amo, espero
cómo me gusta seguirte
sintiendo dudas
estando frío
sintiendo miedo
cómo me gusta
cómo me gusta

¡Creerte, amarte y esperarte!
Sigo sencillamente.


Entre anestesias

Toda la belleza
que me rodea,
que despierta en mí
un mayor porqué.
Cuanto más abres los ojos
menos ves.
¿Por qué yo? ¿Por qué aquí?
Y todo es.

Me enamoro, sonrío lloro,
se me eriza la piel.
Si me rompo me asusto y corro
no se hacia quién.
Todo apunta a algo
es más loco creer,
que es azar, que aquí no hay más
y no hay un quién.

Entre las anestesias
y la hipnosis de lo sensible,
he bajado los brazos,
relajado los puños,
he encontrado algo puro
que me deja ser niño.
Alguien que no conozco
el artista más vivo.
Y algo se ha removido
en lo profundo.
Ooooh oooh oooh (x2)

Hay algo tan romántico,
tan inmenso e infinito.
Hay tanta belleza que asusta,
porque me pone en el segundo
sitio.
Pero hoy el miedo es distinto,
todo lo real es heredad.

Hoy el dolor es acompañado,
hoy soy hijo soy amado.
Hoy soy con, soy para, soy rodeado
por el abrazo de alguien tan real,
que tiene que ser verdad.


He pasado de lo casual
a lo causal.
He cruzado el umbral
con miedo y al final.
Lo reconozco soy pequeño
y eres tan real.
Estás aquí, la relación
da un paso más.
Los colores que me faltaban
han llovido de ti.
Sin embargo es mi
decisión buscarte en mí.
Lo creado y admirado
me apunta a Ti.
Yo decido si profundizo
o me quedo aquí.


Evangelio

Del santo evangelio según S. Juan (20, 19-23):

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».

Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».


Voz en off

Cuánto buscamos hacer de la oración un esfuerzo,
una fórmula, una respuesta.
Y sin embargo,
orar es simplemente permanecer.

Es quedarse, aun cuando no hay palabras.
Es confiar, aun cuando todo parece callar.

Hay una fuerza que nace en el silencio,
una fe que crece despacio,
sin ruido, sin aplausos,
como una raíz que se extiende bajo tierra.

La oración no cambia a Dios,
nos cambia a nosotros.
Nos ablanda, nos abre,
nos enseña a mirar distinto.

Perseverar no es obstinarse.
Es amar sin medida,
seguir esperando aunque nada se mueva,
seguir creyendo cuando todo parece detenerse.

Permanecer.
Eso basta.

Porque el alma también florece en la espera.
Porque en medio del cansancio,
el corazón aprende a descansar en Dios,
a confiar sin entender,
a amar sin exigir respuesta.

Todo lo que es sostenido por amor
termina dando fruto.
Quizás lento,
quizás oculto,
pero siempre vivo.

Y entonces comprendemos:
no se trata de convencer,
sino de dejarse habitar.
No se trata de hablar,
sino de permanecer.

La fe es eso:
un corazón que late despacio,
pero no deja de latir.

Deseo permanecer en ti.


Mirada

Mirada creadora creando,
la del salvador salvando.
Mirada de la Comunión,
amando

Mirada de misericordia
del amor crucificado,
mirada que penetra en mi alma,
un fuego abrasador.

Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
Pues es la más bella y preciada,
la más pura de amor.


Mirada de verdad sincera,
mirada de Rey que reina,
Mirada que envuelve mi vida
y purifica
Mirada del principio y fin
Mirada del Resucitado
Mirada que deslumbra con su luz
Y al cegar sana

Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
Pues es la más bella y preciada,
la más pura de amor.


Perdóname si cuando miro
miro sin mirar,
si estos ojos que me diste
no saben amar.
sólo veo cuerpos
solo veo humanidad
pero me pierdo, mi Señor,
toda divinidad.

Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!
Pues es la más bella y preciada,


Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
Si es la más bella y preciada,
la más pura de amor,
la más pura de amor.


Bendito

Bendito sea Dios, su santo nombre
Bendito Jesucristo, Dios de carne
Bendita creación que enmoró a su Creador
Bendito deseado y deseante

Bendito sea Dios su ardiente corazón
Su preciosa sangre, su presencia
apasionada en el altar
Bendito el Espíritu libre y amante
Bendita la Madre de Dios, José, los
ángeles, los santos
Bendito Cristo entre nosotros:
¡¡su familia!!

Uuuuuuuuuuuuu
Que da la vida
¡¡Bendito sea Dios que da la Vida!!


Madre de Hakuna

Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.

Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.