Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)
Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.
Si el sudor me come vivo
Y me cuesta sonreír
Si se suman mis caídas
A propósito sin fin
Si me arden en los ojos
Mil millones de por qués
Si me ahogan muchos pocos
Ocúpate Tú de todo
Si me aprietan los bolsillos
Y no cabe mi reloj
Si prometo y no consigo
Recordar mi vocación
Si me cambian las estrellas
Por un tubo de neón
Si parece que estoy sólo
Ocúpate Tú de todo
Cruces solitarias, flores artificiales
Listas arrojadas al arcén
Prisas sin caminos
Horizontes en clave
Naufragios sin voz ni voto
Ocúpate Tú de todo
Si me arden en los ojos
Mil millones de por qués
Si me ahogan muchos pocos
Ocúpate Tú de todo
Si parece que estoy solo
Ocúpate Tú de todo
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo, Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis».
VOZ EN OFF
Hay un tipo de confianza que indescriptible, que sólo se comprende cuando de experimenta. Y por mucho que te lo cuenten, tienes que vivirla.
Es esa confianza en una promesa, en un amor infinito, en algo que no ves, pero que conoces perfectamente. La confianza en que todo está cumplido.
Es sabernos acompañados, saber que caminas a nuestro lado, que, aún volviendo al Padre, nunca nos has dejado.
Y es que lo vemos cada día, vemos tu amor infinito en las calles, en los increíbles paisajes, en la comunión, en nuestros amigos, en la bondad de la gente… Es evidente que sigues aquí. Que has vuelto a nuestro lado.
Estás presente en el Espíritu Santo, que es nuestra fuerza, nuestra sabiduría y nuestra inteligencia. Él es quien nos recuerda la paz que nos has dado. La paz que solo Tú nos puedes dar. No es una paz mundana, sino una paz que va mucho más allá. Es la paz que se instala en el corazón, y que recuerda que el Dios del Universo, es mi Padre. ¿A qué he de temer?
Y aún siendo consciente de todo esto, aún confiando en ti y en tu plan, aún sabiéndome hija tuya, muchas veces, tengo miedo. Miedo de alejarme, miedo de no poder verte, miedo de sentirme sola, abandonada…
Pero el amor es mucho más grande que el miedo, y sé que solamente amándote, puedo sentir esa tranquilidad de que contigo todo irá bien, de que, en el sufrimiento, en el dolor, en el temor me dices “No tengas miedo, yo estoy contigo: mira, soy yo, vengo a ti, vengo a ayudarte: mira mis manos, mira mi costado, mira mis pies. Sé el dolor que estás sintiendo. Abandónate en mi, todo va a ir bien”.
No existe una alegría mayor que la de ser hija De Dios, que la de la convicción que da el saber que el amor es más fuerte que el odio, y que el Espíritu Santo no deja de trabajar para que nos convirtamos en lo que somos según el plan De Dios.
Lo que todo hombre ansía
encontrar la felicidad,
muéstrame, muéstrame Dios
para lo que está hecho mi corazón.
Y es que es hacer uso pleno de mi libertad,
es un camino a ciegas,
que se basa en confiar.
Es poner mi calendario y en blanco
y dejarte rellenarlo,
Dios te pido que me ayudes a
realizarlo
¿Para quién soy yo?
¿Qué hago aquí?
Si supiera los deseos
que tienes para mí.
¿Para quién soy?
Por mi nombre me has llamado
Dime Dios, cuál es tu camino
soñado
Quiero conocer mi vocación,
el molde perfecto de mi corazón.
Estar en ti, por ti ser enviado.
Señor quiero caminar contigo de la mano.
Donde mi corazón salte,
y el tuyo quiera reír.
Señor Tú solo sabes,
lo que de verdad me hace feliz.
Que ser santo es mi deseo,
quiero que arda el mundo entero.
Dios te pido quiero ser tu mensajero.
¿Para quién soy yo?
¿Qué hago aquí?
Si supiera los deseos
que tienes para mí.
¿Para quién soy?
Por mi nombre me has llamado
Dime Dios, cuál es tu camino soñado.
Confiar en quien me creó a medida,
quién conoce mis virtudes y mis heridas,
quién sabe cómo llenar este alma confundida,
tu mirada le da sentido a mi vida.
¿Para quién soy yo?
¿Qué hago aquí?
Si supiera los deseos
que tienes para mí.
¿Para quién soy?
Por mi nombre me has llamado
Dime Dios, cuál es tu camino soñado (x3)
Ya, toda me entregué y di,
y de tal suerte he trocado.
Que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.
Cuando el dulce Cazador
me tiró y dejó herida,
en los brazos del amor
mi alma quedó rendida.
Y, cobrando nueva vida,
de tal manera he trocado.
Que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.
Que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.
Me hirió con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedó hecha
una con su Criador.
Ya yo no quiero otro amor,
pues a mi Dios me he entregado.
Que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado. (x2)
Que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado. (x2)
Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.
Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.