Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)
Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.
Si el sudor me come vivo
Y me cuesta sonreír
Si se suman mis caídas
A propósito sin fin
Si me arden en los ojos
Mil millones de por qués
Si me ahogan muchos pocos
Ocúpate Tú de todo
Si me aprietan los bolsillos
Y no cabe mi reloj
Si prometo y no consigo
Recordar mi vocación
Si me cambian las estrellas
Por un tubo de neón
Si parece que estoy sólo
Ocúpate Tú de todo
Cruces solitarias, flores artificiales
Listas arrojadas al arcén
Prisas sin caminos
Horizontes en clave
Naufragios sin voz ni voto
Ocúpate Tú de todo
Si me arden en los ojos
Mil millones de por qués
Si me ahogan muchos pocos
Ocúpate Tú de todo
Si parece que estoy solo
Ocúpate Tú de todo
En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, y dijo:
«En verdad os digo que esa pobre viuda ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».
Baila y déjate de historias
Ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenia para vivir.
¿Todo lo que necesita para vivir? Jesús, eso es mucho. Bueno, es que es todo.
Empiezo a enumerar cosas y no paro: mi carrera, mi espacio, mis aficiones, mi momento, mi cervecita, mi serie. Podría darte cualquier cosa, nada es importante. Podría dar mi vida entera. Espera ¿Podría dar mi vida entera? ¿podría dar todo lo que necesito para vivir? Mi trabajo, mi dinero, mi comida, mi tiempo, mi familia, mi aire, mi libertad, mi cuerpo, mi corazón. En todos los sentidos, darte mi corazón.
¿Se puede vivir así? Si das lo que necesitas para vivir, mueres. Pero contigo, muriendo vivo.
Eres exigente, Jesús. Seguirte lo abarca todo. No hay reservas. Me lo has dado todo, y todo quieres de vuelta.
Pero es posible. Sé que se puede, porque lo he visto. De eso te quería hablar hoy. De una persona que ha dado todo lo que tenía para vivir. De tu querida Marta. De tu gran amiga, con la que estarás disfrutando ahora mismo.
Quería darte las gracias por decidir crearla. Gracias por el regalo de su vida. Gracias por cruzarla en mi vida, y por enseñarme a bailar contigo viéndola a ella. Lo vi, Jesús, lo vi en ella. Es posible darlo todo. También lo necesario para vivir. Ella te lo dio. Te dio su trabajo, su dinero… o su falta de él. Su familia y su cuerpo. Te dio su corazón. Literalmente. Y decidiste quedártelo, para ti. ¿Por qué? Es un misterio, y espero que lo siga siendo. Yo me fío de Ti, como hizo ella.
Porque confiaba en Ti. Te lo confiaba todo. Los que la conocimos sabemos que es así. No se reservaba nada. Todo te lo entregaba, todo era ocasión de amarte, con su fragilidad. Con su pobreza. Solía decir “Que Jesús se sirva de esto para lo que quiera, pero se ha apoyado en la más blanda”. No sé Jesús, aunque sea un atrevimiento, estamos en confianza: yo no sé lo que es la santidad, y no voy a canonizar a nadie, pero vi a Marta vivir y ha transformado la muerte.
Vivía amando al mundo como una santa de copas.
Reconociendo su fragilidad, y dejándote transformar su mierda.
Sin reservarse su corazón, para poder morir tan viva.
Gracias Jesús, porque es la primera pringada que se va contigo. Y con 23 años, tan guapa, tan feliz, tan disfrutona, no ha dudado en darte su vida.
Está contigo, Jesús. Sé que está contigo, porque ya lo estaba antes. Tú, el que estás ahí, en el altar, eres el Pan vivo. El que te come vive para siempre. Y Tú le resucitas en el último día. No hace falta que me lo digas más claro. Pero sí necesito que me ayudes a creer. Y a dejarme de historias, sabiendo que Marta baila contigo.
Llamaré, entraré, miraré, escucharé,
sonreiré
Amaré, preguntaré, acariciaré,
comprenderé, abrazaré
Verbos de la misericordia, verbos que
harán nuevo nuestro mundo
¡Que no se pierda ninguno!
¡Que no se pierda ninguno!
Te conoceré en su voz, te escucharé
en su dolor, te consolaré
Te alimentaré y acompañaré, y en tu
nombre preguntaré:
¿qué quieres que haga por ti?
Pregunta de la misericordia, pregunta
que hará nuevo nuestro mundo.
¡Que no se pierda ninguno!
¡Que no se pierda ninguno!
Hu, hu, hu
Hu, hu, hu
¡Que no se pierda ninguno!
¡Que no se pierda ninguno!
Por tu Iglesia, que te espera a oscuras,
por tu pueblo que te reza aguardando
la aurora.
Te rogamos, te rogamos.
Por las naciones paganas,
que tienen sed de ti sin saberlo.
Ten piedad, ten piedad.
Por los pueblos oprimidos por el
totalitarismo
y la opresión de la mentira.
Por aquellos perseguidos por tu
nombre, que se ocultan para orar
y aquellos extraídos de su hogar.
Por sus perseguidores,
cegados por el odio,
“Perdónales, Padre,
no saben lo que hacen.”
Por los que no nos aman,
por los que no sabemos amar.
Por los que sufren y agonizan
y hoy duermen en el hospital.
Por los que es su última noche
y cuyos ojos no verán el nuevo día.
Ten piedad, ten piedad.
Por todos los que sufren la tentación
del suicidio,
por los dispuestos a dejar ganar al
mal.
Por aquellos cuyas noches son
interminables,
y a los que la angustia
les ha quitado la paz.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison,
Kyrie Eleison.
Por aquellos que trabajan en la
prostitución
y se ven obligados a vender su amor.
Por los que caen en la trampa
del vicio y las drogas.
Por los que hoy duermen en prisión,
por los que hoy esperan su ejecución,
por aquellos a los que torturan,
Por criminales, por los ladrones,
por los que erran en soledad,
por los que sufren
la indiferencia de los demás.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Por la ciudad,
por todos sus habitantes,
que en sus sueños solo existas Tú.
Por nuestros difuntos que aún no han
visto tu Rostro,
por los alejados entre la multitud.
Por los niños que descansan en el
seno de su madre,
por las mujeres que van a dar a luz.
Para que reine tu paz en cada hogar,
por los que quieren
saciar tu sed de amar.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison,
Kyrie Eleison.
Ten piedad (x10)
Ten piedad, Señor, ten piedad.
Quiero encontrarte
Quiero contarte mis planes, hacerte reir.
Quiero maravillarme
Quiero saber mirarte en la puesta de Sol
Quiero lo que Tú quieras
Quiero la fuerza que tienes para conquistar
Y a veces tengo vértigo,
no consigo apreciar
que sobran las palabras,
Basta con suspirar.
(x2)
Quiero entregarme
Quiero un mar de ilusiones poder navegar
Quiero abrirte la puerta
Quiero dejar que Tú seas la luz que hay en mí.
Y a veces tengo vértigo,
no consigo apreciar
que sobran las palabras,
basta con suspirar.
(x2)
Lerelerelerelere
lerelerelere
que sobran las palabras,
Basta con suspirar.
Y a veces tengo vértigo,
no consigo apreciar
que sobran las palabras,
basta con suspirar.
(x2)
Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.
Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.