Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)
Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.
El día al día, le pasa su mensaje
La noche a la noche se lo susurra
Tu misericordia, Señor, llena la tierra
Úsame para llevarla a cada rincón
Llevaré tu misericordia a la universidad
Entraré en el corazón de cada amigo
Y con la fuerza de tu Espíritu diré
La misericordia ha entrado en esta casa (bis)
Levántate y anda
Llevaré tu misericordia a la universidad
Entraré en el corazón de cada amigo
Y con la fuerza de tu Espíritu diré
La misericordia ha entrado en esta casa (bis)
Levántate y anda
Hazme bendición para cualquiera
No me importa sangrar, solo quiero que
Que tu amor sin límites, que tu sed nos sane
Úsame para traer hoy tu ternura
Que mis ojos vean todo belleza
Descubriendo, el rostro de cada uno
Que mis oídos escuchen los gritos
mudos del prójimo
Que mi boca, manos y pies transmitan tu ternura
Y que mi corazón sienta en carne viva
(canon)
La misericordia ha entrado en esta casa (bis)
Levántate y anda
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe, y todos sus habitantes.
Él la fundó sobre los mares, él
la afianzó sobre los ríos.
¿Quién puede subir al monte
del Señor?
¿Quién puede estar en el
recinto sacro?
El hombre de manos
inocentes, y puro corazón,
que no confía en los ídolos ni jura
contra el prójimo en falso.
Ése recibirá la bendición del
Señor,
le hará justicia el Dios de
salvación.
Este es el grupo que busca,
que busca al Señor,
que viene a tu presencia,
Dios de Jacob.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas
compuertas: va a entrar,
el Rey de la Gloria.
¿Quién es ese Rey,
el Rey de la Gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas
compuertas: va a entrar,
el Rey de la Gloria.
¿Quién es ese Rey,
el Rey de la Gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos;
Él es el Rey de la Gloria.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas
compuertas: va a entrar,
el Rey de la Gloria.
¿Quién es ese Rey,
el Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos;
Él es el Rey de la Gloria.
En aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús:
«¿Eres tú el rey de los judíos?».
Jesús le contestó:
«¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?».
Pilato replicó:
«¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?».
Jesús le contestó:
«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí».
Pilato le dijo:
«Entonces, ¿tú eres rey?».
Jesús le contestó:
«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».
Una voz grita en el desierto:
"Preparad el camino al Señor".
Otro adviento más escuchando estas palabras. Ya ni me impactan. Casi me son indiferentes.
"Vive la espera" "prepara el corazón, que viene Jesús"
Desde luego, es bonito recordar que Jesús vino hace 2000 años, que Dios se hizo niño, y nació en un pesebre.
Y fue en torno al año decimoquinto, con Tiberio de emperador. Suena a que fue hace mucho, mucho tiempo.
¡Qué suerte tuvieron los pastores que pudieron adorarle! ¡Qué suerte los discípulos que le conocieron! ¡Qué suerte su primo Juan que podía jugar con él!
Intento hacerme a la idea. Quiero celebrar la Navidad con sentido, claro que sí. Pero yo… ¿qué voy a preparar?
Paro. Vuelvo a leer la Palabra. Tu Palabra. ¿Qué quieres decir?
«Preparad el camino del Señor…
los valles serán rellenados….
lo torcido será enderezado,
lo escabroso será camino llano.
Y toda carne verá la salvación de Dios».
Un momento.
¿Cómo que recordar?
¿Cómo que "vivir bien la navidad"?
¿Cómo que "celebrar con sentido"?
¿Cómo que el año decimoquinto de tiberio?
¿Cómo que los pastores pudieron adorarte?
Una voz grita en el desierto. Hoy.
Hoy me gritas.
No en el desierto de Judea, en mi desierto. En el desierto de mi corazón.
Desierto, porque no estás. Desierto, porque vivo esperando a que pase algo. Desierto porque todo no escucho nada, porque no dejo entrar a nadie. Desierto sin luz.
Desierto hoy, aquí.
Un grito que dice que vienes. No viniste, no vendrás. Vienes. Cada día. Te encarnas cada día de mi vida, de la historia.
Levanto la cabeza…
Te tengo delante ahora mismo.
Con la misma verdad con la que naciste en Belén, siendo un niño en brazos de tu madre. Con la misma desnudez, el mismo deseo de ser amado. La misma fragilidad, la misma pequeñez. O más, si cabe!
Exactamente el mismo Rey al que visitaron los pastores, está ahora mismo delante de mí. No puedo menos que, como ellos, postrarme a adorar.
Y así, toda carne verá la salvación de Dios. Toda carne ve la salvación de Dios. Toda. Yo también. Y el de al lado, y el de más allá. Mi madre, mi compi de curro, el niño que juega en el parque, el hombre que pasea taciturno. Toda carne! Ya se ha cumplido. Ya soy salvada.
Jesús, creo que ni siquiera acabo de entender nada de esto. Pero haz, al menos, que deje de vivir esperando a que pases, porque sé que estás pasando ahora mismo. Ábreme los ojos, los oídos, y sobretodo, el corazón.
María, tú que acogiste la Palabra en tu seno y en tu corazón, enséñame a mi a hacerlo cada día.
Por tu Iglesia, que te espera a oscuras,
por tu pueblo que te reza aguardando
la aurora.
Te rogamos, te rogamos.
Por las naciones paganas,
que tienen sed de ti sin saberlo.
Ten piedad, ten piedad.
Por los pueblos oprimidos por el
totalitarismo
y la opresión de la mentira.
Por aquellos perseguidos por tu
nombre, que se ocultan para orar
y aquellos extraídos de su hogar.
Por sus perseguidores,
cegados por el odio,
“Perdónales, Padre,
no saben lo que hacen.”
Por los que no nos aman,
por los que no sabemos amar.
Por los que sufren y agonizan
y hoy duermen en el hospital.
Por los que es su última noche
y cuyos ojos no verán el nuevo día.
Ten piedad, ten piedad.
Por todos los que sufren la tentación
del suicidio,
por los dispuestos a dejar ganar al
mal.
Por aquellos cuyas noches son
interminables,
y a los que la angustia
les ha quitado la paz.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison,
Kyrie Eleison.
Por aquellos que trabajan en la
prostitución
y se ven obligados a vender su amor.
Por los que caen en la trampa
del vicio y las drogas.
Por los que hoy duermen en prisión,
por los que hoy esperan su ejecución,
por aquellos a los que torturan,
Por criminales, por los ladrones,
por los que erran en soledad,
por los que sufren
la indiferencia de los demás.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Por la ciudad,
por todos sus habitantes,
que en sus sueños solo existas Tú.
Por nuestros difuntos que aún no han
visto tu Rostro,
por los alejados entre la multitud.
Por los niños que descansan en el
seno de su madre,
por las mujeres que van a dar a luz.
Para que reine tu paz en cada hogar,
por los que quieren
saciar tu sed de amar.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison,
Kyrie Eleison.
Ten piedad (x10)
Ten piedad, Señor, ten piedad.
Bendito sea Dios, su santo nombre
Bendito Jesucristo, Dios de carne
Bendita creación que enmoró a su Creador
Bendito deseado y deseante
Bendito sea Dios su ardiente corazón
Su preciosa sangre, su presencia
apasionada en el altar
Bendito el Espíritu libre y amante
Bendita la Madre de Dios, José, los
ángeles, los santos
Bendito Cristo entre nosotros:
¡¡su familia!!
Uuuuuuuuuuuuu
Que da la vida
¡¡Bendito sea Dios que da la Vida!!
Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.
Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.