Escalera al cielo

🗓 15 de marzo de 2022


Ven espíritu ven

Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)

Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.


Al estar en la presencia

Al estar en la presencia de tu divinidad,
Y al contemplar la hermosura de tu santidad,
Mi espíritu se alegra en tu majestad
Te adoro a Ti, te adoro a Ti.

Cuando veo la grandeza de tu dulce amor
Y compruebo la pureza de tu corazón
Mi espíritu se alegra en tu majestad
Te adoro a Ti, te adoro a Ti

Y al estar aquí, delante de Ti, te adoraré,
Postrado ante Ti, mi corazón te adora oh Dios,
Y siempre quiero estar, para adorar,
Y contemplar tu santidad,
Te adoro a Ti Señor, te adoro a Ti

Y al estar aquí, delante de Ti, te adoraré,
Postrado ante Ti, mi corazón te adora oh Dios,
Y siempre quiero estar, para adorar,
Y contemplar tu santidad,
Te adoro a Ti Señor, te adoro a Ti


Evangelio

Del santo evangelio según san Lucas (9,28b-36):

En aquel tiempo, tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía lo que decía. Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube. Y una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo». Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

Por cierto, qué bien

¡Qué bien se está aquí!
Qué bien se esta contigo.
Tan fácil como pararse a mirar,
Tan fácil como dejar de hacer preguntas.
Sólo estar,
Sólo dejarte,
Sólo mirar a mi Dios,
Y dejar que me sorprenda.

Tú y tus cosas del Cielo.
Pero conmigo.
Tú, brillando en tu gloria.
Pero para mí.
Tú, transfigurado,
Transfigurándome a mí.

A mí.
Aquí donde me ves.
Me miras a mí.
Me hablas a mí.
Me llevas a mí.
Me eliges a mí.

Y yo…esto ya no es tan fácil Jesús.
Porque no me lo creo.
Porque no me fío.
Porque prefiero decidir yo si te dejo o no.
Porque prefiero buscarte yo y no dejar que tu me encuentres.
Porque…sigo con mis porqués.

En vez de sólo dejarme.
Ver como eres Tú el que quiere llegar a mí.
Dejarme abrazar en este círculo de amor desbordante.
Escuchar al Padre,
Que me mira y me pide que escuche al Hijo.
Contemplarte a Ti, que entregas tu vida cada día mendigando mi amor.
Dejarme sumergir en tu Espíritu,
Que sólo desea envolverme y poseerme,
Que sólo desea llevarme y enamorarme.

Y con paz, con tu Paz, empezar a vivir.
Vivir sin saber lo que digo,
Vivir sin que me importe lo que digo.
Porque aquí, viéndote brillar,
Tan blanco y tan sencillo,
El “yo” deja de ser yo.
Y solo Tú, empiezas a ser Tú.
El Elegido.
El Transfigurado.
Mi Dios,
mi Señor,
mi Maestro.
El Resucitado.
El Salvador.
El Hijo del Hombre,
El Amor de los amores.

¿Cursi?
Un poco.
Pero no importa.
Porque yo tampoco sé lo que digo.
Y es que da igual.
Porque a partir de ahora hablas Tú.
Te dejo ser quien eres.
Te dejo ser Dios.

Y por cierto Jesús, ¡qué bien se está aquí!


Qué bien se está cuando se está bien

Que bien se está cuando se está bien,
Tú me lo has enseñado,
Y tengo prisa en amarte.
Que bien se está contigo. (X2)

Amando, adorándote Señor,
riendo, sirviendo con amor,
Consolado en mi interior.

Arrodillado ante ti,
ante el hermano,
ante Cristo disfrazado el que sufre en soledad.

Arrodillado ante los pobres de las
Calcutas de mi ciudad,
Ante los pobres que visten a la moda,
Pobres de falsedad.
Arrodillado ante universitarios,
sedientos de amor.

Que bien se está cuando se está bien,
Tú me lo has enseñado,
Y tengo prisa en amarte.
Que bien se está contigo.

Quiero que me gustes más, Señor, Que me atraigas Tú,
Que me seduzcas,
Que me enamores Tú.

Que resultes irresistible,
Que seas mi único tesoro,
Tú, El más bello de los hombres.

Arrodillado ante los pobres de las Calcutas de mi ciudad,
Ante los pobres que visten a la moda, Pobres de falsedad.
Arrodillados antes universitarios, sedientos de amor.

Que bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado, Señor
y tengo prisa en amarte
Que bien se está contigo.

No olvidare tus cinco palabras,
“a mí me lo hicisteis”.
Gracias porque puedo confiar
en Ti, Señor,
Mi Dios.

Que bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado,
y tengo prisa en amarte.
Que bien se está contigo (x2)


Noche

Por tu Iglesia, que te espera a oscuras,
por tu pueblo que te reza aguardando
la aurora.
Te rogamos, te rogamos.
Por las naciones paganas,
que tienen sed de ti sin saberlo.
Ten piedad, ten piedad.

Por los pueblos oprimidos por el
totalitarismo
y la opresión de la mentira.
Por aquellos perseguidos por tu
nombre, que se ocultan para orar
y aquellos extraídos de su hogar.
Por sus perseguidores,
cegados por el odio,
“Perdónales, Padre,
no saben lo que hacen.”

Por los que no nos aman,
por los que no sabemos amar.
Por los que sufren y agonizan
y hoy duermen en el hospital.
Por los que es su última noche
y cuyos ojos no verán el nuevo día.
Ten piedad, ten piedad.

Por todos los que sufren la tentación
del suicidio,
por los dispuestos a dejar ganar al
mal.
Por aquellos cuyas noches son
interminables,
y a los que la angustia
les ha quitado la paz.

Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison,
Kyrie Eleison.


Por aquellos que trabajan en la
prostitución
y se ven obligados a vender su amor.
Por los que caen en la trampa
del vicio y las drogas.
Por los que hoy duermen en prisión,
por los que hoy esperan su ejecución,
por aquellos a los que torturan,
Por criminales, por los ladrones,
por los que erran en soledad,
por los que sufren
la indiferencia de los demás.

Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.

Por la ciudad,
por todos sus habitantes,
que en sus sueños solo existas Tú.
Por nuestros difuntos que aún no han
visto tu Rostro,
por los alejados entre la multitud.
Por los niños que descansan en el
seno de su madre,
por las mujeres que van a dar a luz.
Para que reine tu paz en cada hogar,
por los que quieren
saciar tu sed de amar.

Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison,
Kyrie Eleison.


Ten piedad (x10)
Ten piedad, Señor, ten piedad.


Bendito

Bendito sea Dios, su santo nombre
Bendito Jesucristo, Dios de carne
Bendita creación que enmoró a su Creador
Bendito deseado y deseante

Bendito sea Dios su ardiente corazón
Su preciosa sangre, su presencia
apasionada en el altar
Bendito el Espíritu libre y amante
Bendita la Madre de Dios, José, los
ángeles, los santos
Bendito Cristo entre nosotros:
¡¡su familia!!

Uuuuuuuuuuuuu
Que da la vida
¡¡Bendito sea Dios que da la Vida!!


Madre de Hakuna

Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.

Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.