Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)
Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.
El día al día, le pasa su mensaje
La noche a la noche se lo susurra
Tu misericordia, Señor, llena la tierra
Úsame para llevarla a cada rincón
Llevaré tu misericordia a la universidad
Entraré en el corazón de cada amigo
Y con la fuerza de tu Espíritu diré
La misericordia ha entrado en esta casa (bis)
Levántate y anda
Llevaré tu misericordia a la universidad
Entraré en el corazón de cada amigo
Y con la fuerza de tu Espíritu diré
La misericordia ha entrado en esta casa (bis)
Levántate y anda
Hazme bendición para cualquiera
No me importa sangrar, solo quiero que
Que tu amor sin límites, que tu sed nos sane
Úsame para traer hoy tu ternura
Que mis ojos vean todo belleza
Descubriendo, el rostro de cada uno
Que mis oídos escuchen los gritos
mudos del prójimo
Que mi boca, manos y pies transmitan tu ternura
Y que mi corazón sienta en carne viva
(canon)
La misericordia ha entrado en esta casa (bis)
Levántate y anda
Del santo evangelio según san Lucas (18,1-8):
En aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer. «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En aquella ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”. Por algún tiempo se estuvo negando, pero después se dijo a sí mismo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”». Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».
Hola Papá
Eh tú!
Que tienes un Padre.
Sí, sí, tú!
Tú eres hijo.
Hijo de tu Padre.
De Papá.
Papá que te vio nacer.
Papá que te vio crecer.
Papá que te ve vivir.
Tú Padre te está cuidando.
No deja de mirarte.
Nunca deja de escucharte.
Tienes un Padre que te mima.
Que te da caprichos.
Que te hace regalos.
Papá te espera cada día en casa,
Y te pregunta qué tal te ha ido la tarde.
Te viene a buscar para que no vuelvas nunca sólo,
Y te ayuda con eso que ahora mismo te está costando.
Papá no se cansa.
Papá no se rinde.
Papá no se aleja.
Llama, espera, busca, pide.
Pide un beso de buenas noches.
Pide una historia antes de dormir.
Pide un abrazo de despedida.
Pide una mirada al Cielo.
Un gracias.
Un por favor.
Un perdón.
Un hola.
Sólo un hola!
Hola Señor!
Hola Padre!
Vuelvo.
Vuelvo a tus brazos.
Perdón por olvidarme de ti,
Por ir a lo mío,
Por estar tan ciego,
Por pensar que no te necesito.
Papá, vuelvo a ti!
Vuelvo a que me cuides,
A que sanes mi corazón,
A que me abras a la vida,
A que guíes mis pasos.
Quiero tenerte presente,
Quiero volver a quererte.
Saber que estás cerca, y que me entiendes.
Saber que me quieres y me conoces.
Que me has soñado.
Que me has creado.
Que me has moldeado con tus manos.
Hola Papá, hoy vuelvo a ti!!!
¿Cómo actuarías hoy, Señor
Si tuvieses mis ojos y mis manos
Si tuvieses mi energía y mi tiempo
Mi familia, amigos y trabajo
Pues hoy te dejo que seas yo,
¡que seas Tú, quien viva en mí,
quien viva en mí!
Por eso Padre, transfórmame
todo en Cristo
para que sea el Hijo entre los
hombres
Quiero ser tú, el Hijo, que pasa hoy
por el mundo:
transmitiendo tu mirada y tu
consuelo,
llevando tu paz, tu ayuda y tu palabra
al mundo entero
realizando tu servicio… tu entrega y
tu amor
Pues hoy te dejo que seas yo,
¡que seas Tú quien viva en mí,
quien viva en mí!
Por eso Padre, transfórmame todo
en Cristo,
para que sea el Hijo entre los
hombres.
Pues hoy te dejo que seas yo,
¡que seas Tú quien viva en mí,
quien viva en mí!
Por eso Padre, transfórmame todo
en Cristo,
para que sea el Hijo entre los
hombres.
Bendito sea Dios, su santo nombre
Bendito Jesucristo, Dios de carne
Bendita creación que enmoró a su Creador
Bendito deseado y deseante
Bendito sea Dios su ardiente corazón
Su preciosa sangre, su presencia
apasionada en el altar
Bendito el Espíritu libre y amante
Bendita la Madre de Dios, José, los
ángeles, los santos
Bendito Cristo entre nosotros:
¡¡su familia!!
Uuuuuuuuuuuuu
Que da la vida
¡¡Bendito sea Dios que da la Vida!!
Bendita sea Tu Pureza,
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea en
tan graciosa belleza.
A Ti Celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día: alma,
vida y corazón.
Mírame con compasión,
No me dejes Madre mía.
(Bis)
Bendita, sea Tu Pureza,
bendita, sea Tu Pureza,
no me dejes, (oh, no, no)
no me dejes, (oh, no, no)
Madre mía.
Bendita sea Tu Pureza,
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea en
tan graciosa belleza.
A Ti Celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día: alma,
vida y corazón.
Mírame con compasión,
No me dejes Madre mía.
(Bis)
Bendita, sea Tu Pureza,
bendita, sea Tu Pureza,
no me dejes, (oh, no, no)
no me dejes, (oh, no, no)
Madre mía.
Madre mía... Madre mía