DICHOSA HERIDA

🗓 17 de enero de 2024


Ven espíritu ven

Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)

Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.


Tan cerca

Ya ves que he querido estar tan cerca,
Tan cerca que he dejado mi presencia
en Ti.
Yo siempre estaré junto a la puerta,
Esperando que Tú me quieras abrir.


Aún cuando no estés escuchando,
Aún cuando dudes de que pueda ser
Yo.
Que sepas que estaré esperando, a tu
señal.

Vengo en lo escondido y tan callado,
Tan sólo quiero descansar un rato en
Ti.
Llego en el silencio y sin embargo,
Con un amor que necesito compartir.


Aún cuando no quieras mirarme,
Aún cuando te avergüence tu corazón,
Mi deseo es de perdonarte, y de
olvidar.


Haz silencio y hablaré tan fuerte,
haz silencio y déjame que entre.
Yo sólo se buscar en lo escondido.


Yo quisiera que algún día entendieras,
Que me sé de memoria todo lo que
hay en Ti,
Aunque Tú no quieras tu miseria,
Te quiero como eres, yo te quiero así,
Aún cuando estés herido y solo,
Aún cuando te rechacen, en el dolor,
Sabes que lo comparto todo,
Yo lo sufro contigo, es cosa de dos.


Haz silencio y hablaré tan fuerte,
haz silencio y déjame que entre
Yo sólo sé buscar en lo escondido.


Ya ves que he querido estar tan cerca,
Tan cerca que he dejado mi
presencia en ti.


Haz silencio y hablaré tan fuerte,
haz silencio y déjame que entre
Yo sólo sé buscar en lo escondido,
yo sólo sé saciar mi sed contigo


Ya ves que he querido estar tan cerca,
Tan cerca que he dejado mi presencia
en Ti.


Evangelio

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús.
Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»
Él les dijo: «Venid y lo veréis.»
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús.
Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»

“¿Qué buscáis?”
Resuena esa pregunta en mi alma.
No suelo buscar respuesta,
vivo sin saber qué busco.

Pero, “¿qué buscáis?”
Me insistes.
Como si ahí se escondiera la clave.

“Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío.”

Tras todo,
ansioso por alcanzarte,
mi alma Te busca a Ti, Dios mío.

Hay una sed en mí que no entiendo,
que me duele y que me impulsa.
Una sed que arde
por llegar a algo,
por llegar a Alguien.

“¿Qué buscáis?”
Te busco a Ti, Dios mío.
Y sufro porque Te noto lejos,
Te quiero cerca.
Quiero saciar ya el deseo que arde en mi pecho.

¿Dónde vives, Señor?
Quiero verTe, visitarTe,
descansar.
Quedarme contigo por siempre.

¿Dónde vives, Señor?
Que mi alma te busca sedienta.

Dame sed,
mucha más sed.
Hazme saberme pobre,
necesitado de encontrarTe.

Dame sed,
una sed que duela,
que me llame a tu lado,
que me acerque a la cruz.

Acrecienta mi sed, Dios mío,
para vivir a los pies de tu Cuerpo,
a la luz de Tu abrazo.
Porque solo Tú colmarás mis deseos,
porque eres Tú el Cordero de Dios.


Tonto

Cuando quiero controlar mi vida y mi
futuro;
cuando me pongo nervioso porque no
sé bien qué va a pasar;
cuando dejo que los miedos se apoderen de mi alma
y se afinquen en mi corazón;
soy tonto.

Cuando confío más en lo que voy a gestionar;
cuando descansar en ti me parece arriesgado;
cuando pretendo hacer a los demás a mi medida;
cuando aburro a los amigos con mis quejas y cansancios;
soy tonto.

Tú eres grande, Tú sí que puedes,
Tú sí que me quieres, ¡Tú estás! ¡Vivo
confiado!

¡Me río de mí y confío en ti!
¡Me río de mí y confío en ti!


Cuando busco mi seguridad en los aplausos;
cuando me emociono por mis éxitos;
cuando me creo mis halagos porque hago muchas cosas;
cuando mendigo amores llamando la atención;
soy tonto.

Tú eres grande, Tú sí que puedes,
Tú sí que me quieres, ¡Tú estás! ¡Vivo confiado!

¡Me río de mí y confío en ti!
¡Me río de mí y confío en ti!

¡Me río de mí y confío en ti!
¡Me río de mí y confío en ti!

¡Me río de mí y confío en ti!

(Tú eres grande, Tú sí que puedes)

¡Me río de mí y confío en ti!
(Tú sí que me quieres)


Un segundo

Si por un segundo vieras cómo te miro
Cuando duermes, cierras los ojos, yo ahí sigo
Se me cae la baba, imposible no mirar
No quiero dejar de hacerlo, no lo intentes imaginar

Si por un segundo vieras cómo te escucho
Cada ruido, cada palabra, y cuando no hablas mucho
Y hables o estés callado, solo me importa si estás
En mi amor cabe el silencio, cabe hablar y mucho más

Reviento de amor, estoy temblando de gozo
Te como con la mirada, estás aquí y no estás solo
Cada lágrima, cada risa, en mi memoria se han grabado
Cada detalle de tu cuerpo y de tu alma fueron pensados
No creo que aguante más contenerme aquí detrás
Quiero entrar, hacerte mío, curar tu herida si me la das
Si por un segundo vieras cómo te miro
No querrías ver nada más

Si por un segundo vieras cuánto te amo
Yo solo sé entregarme, aunque sea en vano
Y tiemblo al imaginar cuando llegues al cielo
Costará respirar en el abrazo que nos daremos

Si por un segundo vieras lo que hay por llegar
Lo que aguarda escondido, casualidades sin azar
Lo sueño tantas veces, en cada don, ¿qué puedo hacer?
Tú recibes mi regalo, al cielo miras, agradece

Reviento de amor, estoy temblando de gozo
Te como con la mirada, estás aquí y no estás solo
Cada lágrima, cada risa, en mi memoria se han grabado
Cada detalle de tu cuerpo y de tu alma fueron pensados
No creo que aguante más contenerme aquí detrás
Quiero entrar, hacerte mío, curar tu herida si me la das
Si por un segundo vieras como te miro
No querrías ver nada más

Reviento de amor y estoy temblando de gozo
Hay tanta locura en este amor que no controlo
Pierde tu vida, recibirás la eternidad
La alegría de ser esclavo, esclavo de mi libertad
Si por un segundo vieras cómo te miro
No querrías ver nada más


Madre de Hakuna

Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.

Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.