Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)
Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.
Padre pon tu Espíritu sobre mí,
aquí estoy, aquí me tienes.
Gracias por la vida,
Que la viva siendo todo yo
Que la viva siendo todo yo
Todo libre,
todo entregado,
todo Tú,
todo dado,
todo alegre,
todo amante,
todo amado,
todo arrodillado,
todo hijo,
todo hermano,
todo padre,
todo disfrutón,
todo mariano,
todos por todos,
que viva todo,
con toda el alma.
Deseo ser la luz que ilumine,
Deseo ser la sal que de sabor,
Deseo ser el trigo que sí muere,
Deseo ser el manantial de tu calor.
Deseo ser un niño manso, humilde de
corazón, ser siempre el último y no el
primero, ser escándalo para el mundo
Cargar sobre mis hombros la oveja
perdida, ir mar adentro y echar las
redes en tu nombre, y que no se
pierda nadie.
Deseo la fiesta del pecador que se
convierte, ser pescador de hombres,
prender fuego que arda el mundo,
dar de comer a multitudes
Deseo ir al mundo entero y anunciar
el evangelio
Deseo ser el compás de tus latidos,
Cantar, volar, asaltar el cielo,
Hasta desear como deseas Tú.
(BIS)
Deseo no tener donde reclinar la cabeza,
Deseo no ser servido sino servir,
Deseo tomar mi cruz de cada día;
Dejar hermanos, casas y tierras por ti.
Deseo amar al enemigo,
respetarle hasta perder mi vida,
y así reencontrarla,
a tu lado en lo más alto.
Deseo ver tu rostro Señor,
no servir a nadie más que a ti;
y alcanzar la vida eterna,
entrando por la estrecha puerta.
Deseo ser uno, Como el Padre y Tú
sois uno con todos los hombres,
Estar borracho de su espíritu,
y ser tan bueno como el Padre.
Alegrarme pues mi nombre,
Está en el Libro de los Cielos.
Deseo ser el compás de tus latidos,
cantar volar asaltar el cielo,
Hasta desear como deseas Tú. (X4)
En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al mar.
Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:
«Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva».
Se fue con él y lo seguía mucha gente.
Llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:
«Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?».
Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:
«No temas; basta que tengas fe».
No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo:
«¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta, está dormida».
Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo:
«Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»).
La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor.
Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.
Basta de preguntarse por la vida,
basta de quererla comprender,
tan solo has de meterte en ella
y descubrirte en la grandeza
de su sencillez.
En un beso, una caricia,
en el agua por los pies,
en el olor de unas tostadas,
la mirada de un bebé.
Sal de ti, que todo te afecte,
ríe, duerme, sufre siente,
¿no te das cuenta? Vive el presente.
Es tan sencillo, tan sencillo
que el hombre no es capaz
de soportar.
Basta con vivir con toda el alma,
basta con creer en ese Pan.
Basta de compararse con el otro,
basta de no amarse en el caer,
tan solo has de ser tú
y si me dejas, me volverás a ver.
En la canción de una sonrisa,
en las arrugas de la piel,
en el blanco de la nieve,
en el hambre y en la sed.
Sal de ti, que todo te afecte,
llora, quiere, grita, calla,
¿no te das cuenta? La vida pasa.
Es tan sencillo, tan sencillo
que el hombre no es capaz
de soportar.
Basta con vivir con toda el alma,
basta con creer en ese Pan.
Son los fracasos de una
vida entregada
sin los límites del tiempo
y del espacio,
lo que irá transformando
tu existencia
en una plenitud enamorada.
Es tan sencillo, tan sencillo
que el hombre no es capaz
de soportar.
Basta con vivir con toda el alma,
basta con creer en ese Pan.
Es tan sencillo, tan sencillo
que todo un Dios parezca
ser un pan.
Que nuestro Dios se haga
aquí presente
convirtiendo el ahora
en toda la eternidad.
Bendito sea Dios, su santo nombre
Bendito Jesucristo, Dios de carne
Bendita creación que enmoró a su Creador
Bendito deseado y deseante
Bendito sea Dios su ardiente corazón
Su preciosa sangre, su presencia
apasionada en el altar
Bendito el Espíritu libre y amante
Bendita la Madre de Dios, José, los
ángeles, los santos
Bendito Cristo entre nosotros:
¡¡su familia!!
Uuuuuuuuuuuuu
Que da la vida
¡¡Bendito sea Dios que da la Vida!!
Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.
Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.