
Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)
Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.
(DIOS)
Te conozco, estoy a tu puerta y llamo;
si me oyes, me abres, entraré:
¡Quiero cenar contigo!
(ALMA)
Preocupada por lo que piensan,
presionada, por el éxito enajenada.
¿Por qué vivir con miedos,
si de mí nada quieres sino a mí?
(DIOS)
Vayas a donde vayas siéntete enviado.
Vengas de donde vengas siéntete esperado.
Que cuando escuches quieras recibir,
y cuando mires lo hagas a través de Mí.
Que lo des todo,
y dejes abolida cualquier posesión propia.
(ALMA)
Lo mío, Señor, es lo pequeño, lo insignificante:
saca Tú de mi nada lo gigante.
(DIOS)
Te conozco, estoy a tu puerta y llamo;
si me oyes, me abres, entraré:
¡Quiero cenar contigo!
Vayas a donde vayas siéntete enviado.
Vengas de donde vengas siéntete esperado.
Que cuando escuches quieras recibir,
y cuando mires lo hagas a través de Mí.
Que lo des todo,
y dejes abolida cualquier posesión propia.
Porque tengo miedo de mi mismo,
Porque no disfruto hoy de cada minuto,
Porque quería ser de un modo distinto,
Porque vivo siempre lo que haré.
Tanta cosa para motivarme,
Basta ya de maltratarme.
Dime Padre porque no me quiero,
Solo tu aprecio mata mi desprecio.
Hazme oír lo que te gusto,
Que vea que me miras con pasión,
Que a nadie quieres tanto como a mí,
Soy Pasión de Dios.
Me dicen que huya de mi debilidad
Tú me dices que permanezca en ella
Me valoran por éxitos y perfección,
Tú disfrutas conmigo tal y como soy.
Débil, enfermo y en pecado,
Impuro, impotente y quebradizo.
Solo así descubro cómo me amas,
Solo así descubro cómo me quieres.
Hazme oír lo que te gusto,
Que vea que me miras con pasión,
Que te recreas en mi belleza,
Que soy la niña de tus ojos,
Que a nadie quieres tanto como a mí,
Eres mi Padre, y ¡enloqueces!
Que a nadie quieres tanto como a mí,
Soy Pasión de Dios.
Con la furia del mar, y la solidez de la roca
Con el ímpetu de la tormenta,
la fuerza del vendaval
Con esa misma contundencia
tú me dices:
Tú eres mío, tú eres mío
Hazme oír lo que te gusto,
Que vea que me miras con pasión,
Que te recreas en mi belleza,
Que soy la niña de tus ojos,
Que a nadie quieres tanto como a mí,
Eres mi Padre, y ¡enloqueces!
Que a nadie quieres tanto como a mí,
Soy Pasión de Dios.
Evangelio según San Mateo 9, 9-13
En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme» Él se levantó y lo siguió. Y estando en la casa, sentado en la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "Misericordia quiero y no sacrificio": que no he venido a llamar a justos, sino a los pecadores».
Jesús, hoy te veo llamando a Mateo, un publicano, un pecador, y me pregunto como tuvo que ser eso para Ti. Sí, eres Dios, el Amor Encarnado, pero también eres hombre, completamente humano. Hombre nacido en un contexto concreto, hombre que siente y padece…te enfadas, ríes y lloras. Me pregunto cómo sería para Ti encontrarte con Mateo. Quizás de primeras, como judío, solo veías un traidor, un perro que colaboraba con los que oprimían a tu gente. Quizás te revolvía por dentro, te llenaba de enfado verle ahí sentado, guapeado, desangrando a tus hermanos... Quizás esa fuera tu primera reacción, lo que dentro de ti movía... Pero el punto es que no dejaste que te cegasen los prejuicios y tus sentimientos, no dejaste que ellos tomaran el control, sino que a pesar de ellos le Miraste con la Mirada del Padre, esa Mirada de Amor que sondea hasta lo más profundo. Ya no ves a un traidor que colabora con el opresor, sino un hermano, un hijo de Dios, oprimido por la avaricia y el miedo. El enfado se templa en la comprensión, "Perdónale Padre, no sabe lo que hace". Miras y ves más allá de las máscaras y la imagen que el mal ha deformado... Y confías en él, le llamas para que te siga. Confías en el corazón del hombre, porque sabes que solo dándole -dándome- esa Confianza y Amor podía su corazón ser transformado... Rompes todos los esquemas sociales y culturales, rompes tus propios esquemas mentales y no te dejas Ilevar ciegamente por lo que sientes, y te guías por los esquemas del Amor sin Límites, liberando esa Verdad oculta en cada corazón...
Por tu Iglesia, que te espera a oscuras,
por tu pueblo que te reza aguardando
la aurora.
Te rogamos, te rogamos.
Por las naciones paganas,
que tienen sed de ti sin saberlo.
Ten piedad, ten piedad.
Por los pueblos oprimidos por el
totalitarismo
y la opresión de la mentira.
Por aquellos perseguidos por tu
nombre, que se ocultan para orar
y aquellos extraídos de su hogar.
Por sus perseguidores,
cegados por el odio,
“Perdónales, Padre,
no saben lo que hacen.”
Por los que no nos aman,
por los que no sabemos amar.
Por los que sufren y agonizan
y hoy duermen en el hospital.
Por los que es su última noche
y cuyos ojos no verán el nuevo día.
Ten piedad, ten piedad.
Por todos los que sufren la tentación
del suicidio,
por los dispuestos a dejar ganar al
mal.
Por aquellos cuyas noches son
interminables,
y a los que la angustia
les ha quitado la paz.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison,
Kyrie Eleison.
Por aquellos que trabajan en la
prostitución
y se ven obligados a vender su amor.
Por los que caen en la trampa
del vicio y las drogas.
Por los que hoy duermen en prisión,
por los que hoy esperan su ejecución,
por aquellos a los que torturan,
Por criminales, por los ladrones,
por los que erran en soledad,
por los que sufren
la indiferencia de los demás.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Por la ciudad,
por todos sus habitantes,
que en sus sueños solo existas Tú.
Por nuestros difuntos que aún no han
visto tu Rostro,
por los alejados entre la multitud.
Por los niños que descansan en el
seno de su madre,
por las mujeres que van a dar a luz.
Para que reine tu paz en cada hogar,
por los que quieren
saciar tu sed de amar.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison,
Kyrie Eleison.
Ten piedad (x10)
Ten piedad, Señor, ten piedad.
Bendito sea Dios, su santo nombre
Bendito Jesucristo, Dios de carne
Bendita creación que enmoró a su Creador
Bendito deseado y deseante
Bendito sea Dios su ardiente corazón
Su preciosa sangre, su presencia
apasionada en el altar
Bendito el Espíritu libre y amante
Bendita la Madre de Dios, José, los
ángeles, los santos
Bendito Cristo entre nosotros:
¡¡su familia!!
Uuuuuuuuuuuuu
Que da la vida
¡¡Bendito sea Dios que da la Vida!!
Bendita sea Tu Pureza,
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea en
tan graciosa belleza.
A Ti Celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día: alma,
vida y corazón.
Mírame con compasión,
No me dejes Madre mía.
(Bis)
Bendita, sea Tu Pureza,
bendita, sea Tu Pureza,
no me dejes, (oh, no, no)
no me dejes, (oh, no, no)
Madre mía.
Bendita sea Tu Pureza,
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea en
tan graciosa belleza.
A Ti Celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día: alma,
vida y corazón.
Mírame con compasión,
No me dejes Madre mía.
(Bis)
Bendita, sea Tu Pureza,
bendita, sea Tu Pureza,
no me dejes, (oh, no, no)
no me dejes, (oh, no, no)
Madre mía.
Madre mía... Madre mía