Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)
Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.
Busqué paraísos sin tu Rostro,
horizontes sin tu Luz.
Pinté de colores mis pecados;
pero el cielo no era azul.
Caí, resbalé en la noche y vi
un abismo grande en mí.
Regálame la vida, otro Cielo más,
un futuro junto a Ti
Seguiré tus pasos, seguro,
me levanto siempre en Ti
Soñé que me alzabas con tu mano,
me librabas del temor.
Sentí mi camino más ligero,
llevadero mi dolor.
Caí, resbalé en la noche y vi
un abismo grande en mí.
Regálame la vida, otro Cielo más,
un futuro junto a Ti
Seguiré tus pasos, seguro,
me levanto siempre en Ti
Dame Tú la vida, otro Cielo más,
un futuro junto a Ti
Seguiré tus pasos, seguro,
me levanto siempre en Ti
Resbalé en la noche y vi
un abismo grande en mí.
Sé mi luz para salir.
Me levanto siempre en Ti
¡Pero qué hace ahí tirado, dejando
que le aten un madero a las espaldas!
Si es Dios...
¿Qué hace ahí? ¿Por qué está ahí?
Él quiso morir atado a nuestro peso
en sus espaldas. Y Tú te ataste a mí,
te ataste a mí.
Hoy quiero decirte, Señor,
que te doy las gracias,
que recuerdo mi peso en tus hombros,
pues lo único que te ata al leño es tu amor.
No puedes dejar de atarte, ni de
tomarte tan en serio mi pecado:
¡sólo quieres verme liberada!
No es un “amor de quita y pon”;
me quieres como un ciego apasionado.
Señor, contágiame de tu pasión.
Hoy quiero decirte, Señor,
que te doy las gracias,
que recuerdo mi peso en tus hombros,
pues lo único que te ata al leño es tu amor.
Unos tontos te atamos a un madero,
otros ignorándote.
Arrastrados por el placer,
por la muerte nos dejamos vencer.
¡Y tan fuerte es tu amor,
que no te puedes desatar!
¡Y aun conociéndome,
no me puedes dejar de amar!
Hoy quiero decirte, Señor,
que te doy las gracias,
que recuerdo mi peso en tus hombros,
pues lo único que tengo es tu amor.
Dadles vosotros de comer.
La base de tu milagro, Jesús, está en el compartir.
No creas los panes y los peces de la nada, sino que obras a partir de lo que algunos comparten.
Preguntas: ¿Cuántos panes hay?
Los discípulos rebuscan entre la multitud y encuentran siete panes y algunos peces.
¿Qué es eso para cinco mil? No es nada. Pero a Ti te basta.
Me pongo en el lugar de los dueños de esos panes. Los discípulos les piden que compartan lo que tienen para sí. Parece una propuesta sin sentido, Jesús. ¿Por qué privarles de lo que han traído de casa, sobre todo, cuando no es suficiente para saciar a todos? Humanamente es ilógico. Pero no lo es Ti.
Gracias a ese pequeño gesto de generosidad de entregar lo que tienen, Tú sacias a todos.
Me estás diciendo que puedes hacer mucho con lo poco que yo pueda poner a tu disposición. Y no te estás refiriendo solo a lo material, para nada, sino más bien a mi tiempo, a mis cualidades, a mis talentos…, aunque sean pequeños y dejen mucho que desear. Aunque no sean nada. Da igual. Con eso, Tú saciarás el hambre de muchas almas.
Cuánto me cuesta entender esto.
Entender que no son mis talentos o mi esfuerzo lo que sacia, sino tú a través de mi generosidad. A través de mi amor. Entender que no son mis palabras las que sanan a un amigo, sino que te basta el amor que pongo en ellas para actuar, aunque sean torpes. Entender que no es la perfecta ejecución de una canción lo que da paz a un corazón que la escucha, sino que te basta la generosidad con que la canto para actuar en muchos corazones, aunque salga regular. Y podría seguir poniendo ejemplos hasta el infinito…
Te encanta actuar así: haces grandes cosas a partir de pequeñas cosas que te entregamos gratuitamente.
¿Qué te traigo hoy, Jesús? ¿Qué te ofrezco para que puedas actuar?
¿Cómo voy a organizar mi verano para entregarte panes y peces con los que puedas actuar?
Busqué sentido en cada piedra,
con lógica quise entender
por qué tu celestial Alteza
se rompió en Jerusalem.
Eres piedra donde tropieza
mi sentido y mi razón.
Martirio de un corazón,
que mira al cielo y reza.
Ojalá algún día pudiera
entender tu decisión,
de abrazarte a esa madera
y hacerla trono de tu Amor.
Quiero besarte las heridas
y ser el bálsamo de tu dolor.
Que por una vez tu caricia
me vuelva loca de amor.
Estaba sola y llena de reproches,
no había consuelo en mi corazón.
Y al cruzar nuestras miradas,
sentí tu perdón.
Mi dolor en tu flaqueza
encontró a su salvador.
Y estas lágrimas deshechas
hoy se encuentran con su Dios.
¿Por qué abrazas tu dolor?
¿Por qué te dejaste llevar?
¿Por qué al morir en una cruz
compraste mi libertad
¿Por qué lo hiciste Jesús?
¿Por qué abrazas tu dolor?
¿Por qué te dejaste llevar?
¿Por qué al morir en una cruz
compraste mi libertad?
¿Por qué lo hiciste Jesús?
Toda tu carne herida por mí,
toda tu sed clamando por mí.
Naceré de nuevo con tu sangre,
Señor,
libre para siempre por tu Amor.
Toda mi vida sólo por Ti,
cada locura sólo por Ti.
Arderé en la Gloria de tu Cruz, mi
Señor,
libre para siempre por tu Amor.
Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.
Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.