Para que vivo o la limosna

🗓 9 de diciembre de 2024


Ven espíritu ven

Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)

Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.


Libertad

Quiero vivir la vida,
Que sepa gozar de todo,
Que no me venda a la falsa
diversión.
Que busque la felicidad,
En mi interior.
Que busque la felicidad.

Quiero apostar por grandes
ideales,
Que sepa que mi vida vale,
mucho más, mucho más
Que no me venda a la mediocridad,
Que busque servir y amar,
servir y amar.


Quiero acertar en mis elecciones.
Que sepa distinguir el bien, y el mal.
Que no me venda a ser como los
demás.
Que busque lo que vale la pena, lo que
vale la pena,

Quiero ser libre,
Que sepa esclavizarme por amor.
Que no me venda, al capricho ni a la
pasión.
Que busque la libertad interior
en Ti, en Ti.

Quiero apostar por grandes
ideales,
Que sepa que mi vida vale, mucho
más, mucho más.
Que no me venda a la mediocridad,
Que busque servir y amar, servir y
amar. (X2)


Evangelio

Del santo evangelio según S. Lucas (3, 1-6):

En el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanio tetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:

«Voz del que grita en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos;
los valles serán rellenados,
los montes y colinas serán rebajados;
lo torcido será enderezado,
lo escabroso será camino llano.
Y toda carne verá la salvación de Dios».


Voz en off

Dadles vosotros de comer.

La base de tu milagro, Jesús, está en el compartir.
No creas los panes y los peces de la nada, sino que obras a partir de lo que algunos comparten.
Preguntas: ¿Cuántos panes hay?
Los discípulos rebuscan entre la multitud y encuentran siete panes y algunos peces.
¿Qué es eso para cinco mil? No es nada. Pero a Ti te basta.
Me pongo en el lugar de los dueños de esos panes. Los discípulos les piden que compartan lo que tienen para sí. Parece una propuesta sin sentido, Jesús. ¿Por qué privarles de lo que han traído de casa, sobre todo, cuando no es suficiente para saciar a todos? Humanamente es ilógico. Pero no lo es Ti.
Gracias a ese pequeño gesto de generosidad de entregar lo que tienen, Tú sacias a todos.
Me estás diciendo que puedes hacer mucho con lo poco que yo pueda poner a tu disposición. Y no te estás refiriendo solo a lo material, para nada, sino más bien a mi tiempo, a mis cualidades, a mis talentos…, aunque sean pequeños y dejen mucho que desear. Aunque no sean nada. Da igual. Con eso, Tú saciarás el hambre de muchas almas.
Cuánto me cuesta entender esto.
Entender que no son mis talentos o mi esfuerzo lo que sacia, sino tú a través de mi generosidad. A través de mi amor. Entender que no son mis palabras las que sanan a un amigo, sino que te basta el amor que pongo en ellas para actuar, aunque sean torpes. Entender que no es la perfecta ejecución de una canción lo que da paz a un corazón que la escucha, sino que te basta la generosidad con que la canto para actuar en muchos corazones, aunque salga regular. Y podría seguir poniendo ejemplos hasta el infinito…
Te encanta actuar así: haces grandes cosas a partir de pequeñas cosas que te entregamos gratuitamente.
¿Qué te traigo hoy, Jesús? ¿Qué te ofrezco para que puedas actuar?
¿Cómo voy a organizar mi verano para entregarte panes y peces con los que puedas actuar?


Imprescindible

Mirándote con Cristo me recreo,
tu espíritu de reina te embellece.
No conoces ni sombra de la muerte,
solo sabes decir “Sí”.

Ofreces tu carne al Padre y a tus hijos.
Femenina, me proteges.
Sólo te importa ofrecer un corazón
donde reclinar la cabeza:

¡de ti no puedo prescindir!
¡de ti no quiero prescindir!


Bendita entre todas las mujeres,
tú que ignoras tu belleza,
nada tuyo en ti ocupa lugar,
en ti quepo todo entero.

Contigo me siento único y tranquilo.
Tu mirada me comprende.
Tan solo yo quiero tener un corazón
donde reclinar la cabeza:

¡de ti no puedo prescindir!
¡de ti no quiero prescindir!


Ni el mismo Dios pudo prescindir de
Ti

¡de ti no quiso prescindir!
¡de ti no pudo prescindir!


Exulte mi alma

Un saludo confirmó
que lo imposible ya no era:
“¡Bendita entre las mujeres!
¡Bendito el que contigo llega!”.

Es por haber creído
en que acabó tal larga espera,
que a salvarnos ha venido;
a cumplir su fiel promesa.

La patada me hizo arder,
¡exulte mi alma su grandeza!
¡Qué alegría da el saber que una
nueva Creación comienza!


Madre de Dios y hombre;
El nuevo Adán. La nueva Eva.
Su favor ya no se esconde:
¡A su humilde esclava eleva!

Su santo nombre y su poder,
que no escapen a la memoria.
Porque siempre vino a ser
¡el Rey de misericordia!

De los cielos ha hecho un cuadro,
Él los pinta y alimenta,
Pues su brazo no ha dejado de
convertir todo en proeza.

Siempre fue tan generoso
con quien hambre o sed tuviera,
más frente al rico u orgulloso la
humildad fue su bandera.


Será entonces mi papel,
el de ser vuestra escalera,
Y así podáis llegar a Él,
sin encontrar… ya más barrera.


Bendito

Bendito sea Dios, su santo nombre
Bendito Jesucristo, Dios de carne
Bendita creación que enmoró a su Creador
Bendito deseado y deseante

Bendito sea Dios su ardiente corazón
Su preciosa sangre, su presencia
apasionada en el altar
Bendito el Espíritu libre y amante
Bendita la Madre de Dios, José, los
ángeles, los santos
Bendito Cristo entre nosotros:
¡¡su familia!!

Uuuuuuuuuuuuu
Que da la vida
¡¡Bendito sea Dios que da la Vida!!


La Virgen sueña caminos

La Virgen sueña caminos, está a la espera
La Virgen sabe que el niño, está muy cerca
De Nazaret a Belén hay una senda
Por ella van los que creen, en las promesas

Los que soñáis y esperáis, la buena nueva
Abrid las puertas al Niño, que está muy cerca
El Señor, cerca está; él viene con la paz
El Señor cerca está; él trae la verdad

En estos días del año, el pueblo espera
Que venga pronto el Mesías, a nuestra tierra
En la ciudad de Belén, llama a las puertas
Pregunta en las posadas, y no hay respuesta

Los que soñáis y esperáis, la buena nueva
Abrid las puertas al Niño, que está muy cerca
El Señor, cerca está; él viene con la paz
El Señor cerca está; él trae la verdad

La tarde ya lo sospecha: está alerta
El sol le dice a la luna, que no se duerma
A la ciudad de Belén, vendrá una estrella
Vendrá con todo el que quiera, cruzar fronteras

Los que soñáis y esperáis, la buena nueva
Abrid las puertas al Niño, que está muy cerca
El Señor, cerca está; él viene con la paz
El Señor cerca está; él trae la verdad