Padre pon tu Espíritu sobre mí,
aquí estoy, aquí me tienes.
Gracias por la vida,
Que la viva siendo todo yo
Que la viva siendo todo yo
Todo libre,
todo entregado,
todo Tú,
todo dado,
todo alegre,
todo amante,
todo amado,
todo arrodillado,
todo hijo,
todo hermano,
todo padre,
todo disfrutón,
todo mariano,
todos por todos,
que viva todo,
con toda el alma.
Lo que necesita la vida para ser muy
bella
Es un loco que te quiera y que no te
deje ir
Me maravilla que me hayas elegido
Como un borracho enamorado, tras
de mí
Me daño al pensar que no puedo ser
tu favorita
No me quieres maquillada, o
intentando ser la más bonita
Y me pregunto cual será mi propia
belleza
Ábreme la puerta desde dentro,
cuélame en tus entrañas
Buenazo entregado y humillado me
seduces (bis)
Y yo te canto a ti, mi Pobre Loco
Me has hablado rozando el latido de
mi corazón
Escondido en silencio, mucho tiempo
Necesito la fuerza que me das para
sonreír y amar
Como lo haces tú, como lo haces tú
Me daño al pensar que no puedo ser
tu favorita
No me quieres maquillada, o
intentando ser la más bonita
Y me pregunto cual será mi propia
belleza
Ábreme la puerta desde dentro,
cuélame en tus entrañas
Buenazo entregado y humillado me
seduces (bis)
Oooo enséñame a bailar contigo
Oooo apriétame sin miedo en tu
abrazo
Oooo cada guiño tuyo hace que
sonreír sea mi ilusión
Ábreme la puerta desde dentro,
cuélame en tus entrañas
Buenazo entregado y humillado me
seduces (bis)
Y yo te canto a ti, mi Pobre Loco
En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al mar.
Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:
«Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva».
Se fue con él y lo seguía mucha gente.
Llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:
«Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?».
Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:
«No temas; basta que tengas fe».
No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo:
«¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta, está dormida».
Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo:
«Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»).
La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor.
Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.
Corriendo de aquí para allá,
Llegando a mil sitios sin llegar a ninguno.
Conversaciones, compromisos, discusiones.
También risas, abrazos y amigos.
Y de repente hago silencio.
Y qué encuentro?
No lo sé, no lo veo claro.
No veo mucho, en realidad.
Hace mucho tiempo que no miro aquí dentro, en mi corazón.
Y está todo oscuro.
La mezcla de mis deseos es confusa:
¿Qué quiero hacer con mi vida?
¿Qué quiero hacer con mi tiempo?
Se me escurre entre los dedos,
Y otra vez estoy aquí,
Una semana más.
Y otra vez vuelvo a encontrarme con la tiniebla de mi corazón,
Que no sabe muy bien de dónde viene ni a dónde va…
Todo está oscuro.
Las luces están apagadas como en esta iglesia.
Mi trabajo no ilumina,
Mis amigos tampoco.
Mi familia no me da el calor que necesito.
Todo está bien, todo fluye,
pero todo se apaga en cuanto paro y hago silencio.
¿Por qué?
¿Qué este misterio de mi corazón?
Tras unos minutos de incertidumbre se enciende una luz.
Porque una sola es la Luz que puede brillar en medio de las tinieblas.
Y esa Luz, ha venido a buscarme.
Mi corazón da un salto de esperanza y paz.
Mira, ¡ahí está!
Es es pan blanco.
Brilla, es la Luz de Jesús.
No entiendo mucho,
Igual tampoco siento.
Pero sé que debo seguir mirando.
Una Luz quiere brillar en la oscuridad de mi sinsentido.
Y poco a poco mi corazón vuelve a inundarse de color.
Eres Tú, Jesús, tú eres mi luz.
El Hijo del hombre viene sobre las nubes con gran poder y majestad.
La angustia desaparece.
Las preocupaciones pasan al fondo.
Y en medio, estás Tú.
Tú que con esta mirada lo paras todo.
Tú que con esta mirada enciendes mi corazón.
El mundo está en llamas, pero ese no es el fuego que da calor.
Este es el fuego.
Está presencia que ilumina mi vida entera.
Esta adoración que prende lo que yo no puedo.
¡Jesús! ¡Brilla para mí!
“El Señor es mi luz y mi salvación.
A quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
Quién me gará temblar?”
Una sola es la luz que viene a buscar mi corazón asustado.
Una sola es la voz que resuena en mi corazón y que me hace descansar como un niño.
Todo pasa.
El trabajo,
Los problemas,
El dinero,
El dolor,
Todo pasa.
El cielo y la tierra pasarán, pero tus palabras, Jesús, no pasan.
Tú te quedas conmigo.
Solía buscarte por fuera,
olvidaba que ya estás en mí.
Has venido, me has morado, te has quedado,
y te mueres por crecer en mí,
y te mueres por crecer en mí.
La razón no me permite vivirte,
hay demasiado hoyo en mí.
Sólo tú puedes habitarme,
quiero que vivas en mí,
que seas libre dentro de mí.
Te busco para traerte
y olvido que en lo hondo ya estás.
Quiero liberarte,
liberarte y dejarte ser,
dejarte ser.
Yo te dejaré, ¡quiero liberarte!
Y yo te dejaré,
porque eres Tú, quien vive en mí,
quien vive en mí.
No acepto, el mientras tanto,
cada instante es dador de Ti.
Te revelas y me buscas como loco,
expectante en lo banal,
¡Ahí me dices qué quieres de mí!
Te abalanzas sobre mi alma
escondido en la casualidad:
en ella quiero abrazarte,
descubrirte y darte mi sí.
¡Vive Tú en mí!
Yo te dejaré, ¡quiero liberarte!
Y yo te dejaré,
porque eres Tú, quien vive en mí,
quien vive en... (x2).
¡Dejaré que Tú elijas,
cómo y cuándo servir!
¡Dejaré que Tú elijas,
el modo en que he de sentir!
¡Vive Tú en mí!
¡Oh, oooh, oh! ¡Quiero liberarte!
¡Oh, oooh, oh! ¡Quiero liberarte!
¡Oh, oooh, oh! ¡Quiero liberarte!
¡Oh, oooh, oh!
Porque eres Tú quien vive en mí,
quien vive en mí.
Quiero alabarte sin parar
todos los días.
Que tu presencia sea el anhelo
de mi vida.
Yo quiero hacer tu voluntad.
Señor yo te quiero agradar.
Y quiero darte
siempre el primer lugar.
Yo quiero darte
siempre el primer lugar.
Si tu eres el rey.
El rey de mi vida.
El número uno en mi corazón.
A ti yo te rindo todo lo que soy.
Si tu eres el rey.
El rey de mi vida.
El número uno en mi corazón.
A ti yo te rindo todo lo que soy.
Quiero adorarte sin parar
todos los días.
Que tu presencia sea el anhelo
de mi vida.
Yo quiero hacer tu voluntad.
Señor yo te quiero agradar.
Y quiero darte
siempre el primer lugar.
Yo quiero darte
siempre el primer lugar.
Si tu eres el rey.
El rey de mi vida.
El número uno en mi corazón.
A ti yo te rindo todo lo que soy.
Si tu eres el rey.
El rey de mi vida.
El número uno en mi corazón.
A ti yo te rindo todo lo que soy.
Por tu Iglesia, que te espera a oscuras,
por tu pueblo que te reza aguardando
la aurora.
Te rogamos, te rogamos.
Por las naciones paganas,
que tienen sed de ti sin saberlo.
Ten piedad, ten piedad.
Por los pueblos oprimidos por el
totalitarismo
y la opresión de la mentira.
Por aquellos perseguidos por tu
nombre, que se ocultan para orar
y aquellos extraídos de su hogar.
Por sus perseguidores,
cegados por el odio,
“Perdónales, Padre,
no saben lo que hacen.”
Por los que no nos aman,
por los que no sabemos amar.
Por los que sufren y agonizan
y hoy duermen en el hospital.
Por los que es su última noche
y cuyos ojos no verán el nuevo día.
Ten piedad, ten piedad.
Por todos los que sufren la tentación
del suicidio,
por los dispuestos a dejar ganar al
mal.
Por aquellos cuyas noches son
interminables,
y a los que la angustia
les ha quitado la paz.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison,
Kyrie Eleison.
Por aquellos que trabajan en la
prostitución
y se ven obligados a vender su amor.
Por los que caen en la trampa
del vicio y las drogas.
Por los que hoy duermen en prisión,
por los que hoy esperan su ejecución,
por aquellos a los que torturan,
Por criminales, por los ladrones,
por los que erran en soledad,
por los que sufren
la indiferencia de los demás.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Por la ciudad,
por todos sus habitantes,
que en sus sueños solo existas Tú.
Por nuestros difuntos que aún no han
visto tu Rostro,
por los alejados entre la multitud.
Por los niños que descansan en el
seno de su madre,
por las mujeres que van a dar a luz.
Para que reine tu paz en cada hogar,
por los que quieren
saciar tu sed de amar.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison,
Kyrie Eleison.
Ten piedad (x10)
Ten piedad, Señor, ten piedad.
Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.
Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios
Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.