No somos la religión de la cruz

🗓 28 de junio de 2024


Ven espíritu ven

Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)

Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.


Sencillamente

Creo, sencillamente
quiero disfrutar de
la serenidad del creer.
Desligar el creer del sentir,
creo, mi Dios, ¡y basta!

Te creo en tus Misterios
sin entenderlos
te creo en mí y en el Pan Blanco,
en el prójimo y en la Creación,
sin verte en ningún lado.

Creo, Señor, sencillamente
Porque creer es confiar
¡Cómo me gusta creerte
sintiendo dudas,
sintiendo dudas,
sintiendo dudas!

Digo que eres Amor
escucho que soy tu amado
no siento y qué más da,
¡te quiero y eso basta!

Amo, Señor, sencillamente
porque amar es entregarse
¡Cómo me gusta amarte
estando frío,
estando frío,
estando frío!

Espero en tu Palabra,
vivo en tu Promesa,
¡gozo en Ti lo que aún me falta!

Espero, Señor, sencillamente
porque esperar es descansar
¡Cómo me gusta esperarte
sintiendo miedo,
sintiendo miedo,
sintiendo miedo!

Creo, amo, espero
cómo me gusta seguirte
sintiendo dudas
estando frío
sintiendo miedo
cómo me gusta
cómo me gusta

¡Creerte, amarte y esperarte!
Sigo sencillamente.


Evangelio

Del santo evangelio según san Marcos (4, 35-40)

Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la otra orilla.»
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban.
Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua.
Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron, diciéndole:
«Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?»
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago:
«¡Silencio, cállate!»
El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo:

«¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?»
Se quedaron espantados y se decían unos a otros:
«¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»


Voz en off

Corriendo de aquí para allá,
Llegando a mil sitios sin llegar a ninguno.
Conversaciones, compromisos, discusiones.
También risas, abrazos y amigos.

Y de repente hago silencio.
Y qué encuentro?
No lo sé, no lo veo claro.
No veo mucho, en realidad.
Hace mucho tiempo que no miro aquí dentro, en mi corazón.
Y está todo oscuro.

La mezcla de mis deseos es confusa:
¿Qué quiero hacer con mi vida?
¿Qué quiero hacer con mi tiempo?
Se me escurre entre los dedos,
Y otra vez estoy aquí,
Una semana más.
Y otra vez vuelvo a encontrarme con la tiniebla de mi corazón,
Que no sabe muy bien de dónde viene ni a dónde va…

Todo está oscuro.
Las luces están apagadas como en esta iglesia.
Mi trabajo no ilumina,
Mis amigos tampoco.
Mi familia no me da el calor que necesito.
Todo está bien, todo fluye,
pero todo se apaga en cuanto paro y hago silencio.

¿Por qué?
¿Qué este misterio de mi corazón?

Tras unos minutos de incertidumbre se enciende una luz.
Porque una sola es la Luz que puede brillar en medio de las tinieblas.
Y esa Luz, ha venido a buscarme.
Mi corazón da un salto de esperanza y paz.
Mira, ¡ahí está!
Es es pan blanco.
Brilla, es la Luz de Jesús.
No entiendo mucho,
Igual tampoco siento.
Pero sé que debo seguir mirando.
Una Luz quiere brillar en la oscuridad de mi sinsentido.
Y poco a poco mi corazón vuelve a inundarse de color.

Eres Tú, Jesús, tú eres mi luz.
El Hijo del hombre viene sobre las nubes con gran poder y majestad.
La angustia desaparece.
Las preocupaciones pasan al fondo.
Y en medio, estás Tú.

Tú que con esta mirada lo paras todo.
Tú que con esta mirada enciendes mi corazón.
El mundo está en llamas, pero ese no es el fuego que da calor.
Este es el fuego.
Está presencia que ilumina mi vida entera.
Esta adoración que prende lo que yo no puedo.

¡Jesús! ¡Brilla para mí!
“El Señor es mi luz y mi salvación.
A quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
Quién me gará temblar?”

Una sola es la luz que viene a buscar mi corazón asustado.
Una sola es la voz que resuena en mi corazón y que me hace descansar como un niño.
Todo pasa.
El trabajo,
Los problemas,
El dinero,
El dolor,
Todo pasa.
El cielo y la tierra pasarán, pero tus palabras, Jesús, no pasan.
Tú te quedas conmigo.


Huracán

Me he hecho tantas preguntas
Intentando entender
Me he lanzado a buscarte
Sin saberte ver
Me he asomado al abismo
Me he atrevido a saltar y caer

Y un huracán romperá el cielo desde mi garganta
Gritándote donde estas cuando me haces falta

Y me han dado respuestas
Pero no se que hacer
He prometido seguirte sin entender
Y hay un eco en lo hondo que me empuja hacia ti
Y aunque sea sin sentirte te buscaré

Y un huracán romperá el cielo desde mi garganta
Gritándote donde estas cuando me haces falta x2

Estoy aquí, en el silencio
Estoy aquí, en este viento
Estoy aquí, soy este trozo de pan
Estoy aquí, en tu lamento
Estoy aquí, en ese eco
Estoy aquí, soy este trozo de pan

Y un huracán romperá el cielo desde mi garganta
Gritándote donde estas cuando me haces falta  (x4)
Y tu huracán romperá el cielo desde mi garganta
Gritándome cuanto me haces falta


Mi amado

Ya, toda me entregué y di,
y de tal suerte he trocado.

Que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.


Cuando el dulce Cazador
me tiró y dejó herida,
en los brazos del amor
mi alma quedó rendida.

Y, cobrando nueva vida,
de tal manera he trocado.

Que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.
Que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.


Me hirió con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedó hecha
una con su Criador.

Ya yo no quiero otro amor,
pues a mi Dios me he entregado.

Que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado. (x2)


Que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado. (x2)


Madre de Hakuna

Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.

Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.