(DIOS)
Te conozco, estoy a tu puerta y llamo;
si me oyes, me abres, entraré:
¡Quiero cenar contigo!
(ALMA)
Preocupada por lo que piensan,
presionada, por el éxito enajenada.
¿Por qué vivir con miedos,
si de mí nada quieres sino a mí?
(DIOS)
Vayas a donde vayas siéntete enviado.
Vengas de donde vengas siéntete esperado.
Que cuando escuches quieras recibir,
y cuando mires lo hagas a través de Mí.
Que lo des todo,
y dejes abolida cualquier posesión propia.
(ALMA)
Lo mío, Señor, es lo pequeño, lo insignificante:
saca Tú de mi nada lo gigante.
(DIOS)
Te conozco, estoy a tu puerta y llamo;
si me oyes, me abres, entraré:
¡Quiero cenar contigo!
Vayas a donde vayas siéntete enviado.
Vengas de donde vengas siéntete esperado.
Que cuando escuches quieras recibir,
y cuando mires lo hagas a través de Mí.
Que lo des todo,
y dejes abolida cualquier posesión propia.