Santos de mierda

🗓 24 de octubre de 2023


Ven espíritu ven

Ven Espíritu ven,
y llénanos Señor
con tu preciosa unción. (x2)

Purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
con tu poder
purifícanos y lávanos
renuévanos, restáuranos Señor
te queremos conocer.


Mirada

Mirada creadora creando,
la del salvador salvando.
Mirada de la Comunión,
amando

Mirada de misericordia
del amor crucificado,
mirada que penetra en mi alma,
un fuego abrasador.

Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
Pues es la más bella y preciada,
la más pura de amor.


Mirada de verdad sincera,
mirada de Rey que reina,
Mirada que envuelve mi vida
y purifica
Mirada del principio y fin
Mirada del Resucitado
Mirada que deslumbra con su luz
Y al cegar sana

Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
Pues es la más bella y preciada,
la más pura de amor.


Perdóname si cuando miro
miro sin mirar,
si estos ojos que me diste
no saben amar.
sólo veo cuerpos
solo veo humanidad
pero me pierdo, mi Señor,
toda divinidad.

Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!
Pues es la más bella y preciada,


Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
cómo es tu libre mirada.
Enséñame, ¡Oh Trinidad!,
Si es la más bella y preciada,
la más pura de amor,
la más pura de amor.


Madre (Estación XIII)

Madre, ¿qué vale todo el universo y el
poder
frente a una sola llaga de tu Hijo?
Madre, ¿qué ven tus ojos cuando
lloras junto a Él,
cuando le besas todas las heridas?
Madre, quiero ver lo que tú ves.


Madre, ¿a dónde fueron las palabras
que escuché?,
¿a dónde fue el calor de sus latidos?
Madre, ¿a dónde fue tu Amado?, yo lo
buscaré,
y lo pondré al abrigo de tus brazos,
Madre, donde Dios quiso nacer.


Mécele en tus brazos esta noche
como ayer,
bajo el frío y el misterio de Belén.
Sólo con su sangre volveremos a
nacer,
con la sangre de Jesús de Nazaret.


Madre, yo bajaré temblando a Cristo
de la Cruz,
Lo cubriremos juntos de caricias.
Madre, me asomaré al costado abierto
de su amor,
y miraré los cielos nuevos

donde adoran a tu Hijo vencedor.


No hay dolor tan grande
comparable a tu dolor,
no hay más vida que la muerte por
amor.
Cuando todos huyan, cuando
pierdan la razón,
velaré contigo el Rostro de mi Dios.


Madre, átame fuerte con tus brazos a
la Cruz.
No quiero más tesoro que sus clavos.
Madre, quiero mirarte cuando no
encuentre la luz,
y recorrer contigo cada paso,
Madre, del camino de la Cruz.


Guárdame en tus brazos esta noche
junto a Él,
venceremos a la muerte con la fe.
Calmaremos juntos el deseo que
escuché
de sus labios que aún repiten
“Tengo sed”,
de sus labios que aún me dicen
“Tengo sed”.


Evangelio

Del santo evangelio según san Mateo (22,15-21):

En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?»

Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.»

Le presentaron un denario. Él les preguntó: «¿De quién son esta cara y esta inscripción?»

Le respondieron: «Del César.»

Entonces les replicó: «Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.»



Noche

Por tu Iglesia, que te espera a oscuras,
por tu pueblo que te reza aguardando
la aurora.
Te rogamos, te rogamos.
Por las naciones paganas,
que tienen sed de ti sin saberlo.
Ten piedad, ten piedad.

Por los pueblos oprimidos por el
totalitarismo
y la opresión de la mentira.
Por aquellos perseguidos por tu
nombre, que se ocultan para orar
y aquellos extraídos de su hogar.
Por sus perseguidores,
cegados por el odio,
“Perdónales, Padre,
no saben lo que hacen.”

Por los que no nos aman,
por los que no sabemos amar.
Por los que sufren y agonizan
y hoy duermen en el hospital.
Por los que es su última noche
y cuyos ojos no verán el nuevo día.
Ten piedad, ten piedad.

Por todos los que sufren la tentación
del suicidio,
por los dispuestos a dejar ganar al
mal.
Por aquellos cuyas noches son
interminables,
y a los que la angustia
les ha quitado la paz.

Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison,
Kyrie Eleison.


Por aquellos que trabajan en la
prostitución
y se ven obligados a vender su amor.
Por los que caen en la trampa
del vicio y las drogas.
Por los que hoy duermen en prisión,
por los que hoy esperan su ejecución,
por aquellos a los que torturan,
Por criminales, por los ladrones,
por los que erran en soledad,
por los que sufren
la indiferencia de los demás.

Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.

Por la ciudad,
por todos sus habitantes,
que en sus sueños solo existas Tú.
Por nuestros difuntos que aún no han
visto tu Rostro,
por los alejados entre la multitud.
Por los niños que descansan en el
seno de su madre,
por las mujeres que van a dar a luz.
Para que reine tu paz en cada hogar,
por los que quieren
saciar tu sed de amar.

Kyrie Eleison, Kyrie Eleison.
Kyrie Eleison, Kyrie Eleison,
Kyrie Eleison.


Ten piedad (x10)
Ten piedad, Señor, ten piedad.


Bendito

Bendito sea Dios, su santo nombre
Bendito Jesucristo, Dios de carne
Bendita creación que enmoró a su Creador
Bendito deseado y deseante

Bendito sea Dios su ardiente corazón
Su preciosa sangre, su presencia
apasionada en el altar
Bendito el Espíritu libre y amante
Bendita la Madre de Dios, José, los
ángeles, los santos
Bendito Cristo entre nosotros:
¡¡su familia!!

Uuuuuuuuuuuuu
Que da la vida
¡¡Bendito sea Dios que da la Vida!!


Madre de Hakuna

Llévame contigo a todos lados,
que pueda dormir tranquilo bajo tu
preciso manto
Llévame contigo, no me sueltes de la mano,
Y que cuando sienta frío, note tu
cálido abrazo.

Llévame contigo, a donde quieras,
Y es que no hay mayor consuelo que
una madre que te quiera y que algún
día pudiera, al Cielo ir por tu escalera
Y entender que contigo Madre
querida, valió la pena

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir cion humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú el mejor regalo de mi Dios

Que no me canse nunca de mirarte
Y repetir con humilde devoción:
Te quiero con locura preciosa Madre
Tú Madre de Hakuna y mi corazón.