De los cuatro vientos, ¡ven!
Sopla tu aliento sobre estos
muertos hasta que vivan. (bis)
Vengo ante Ti con la sencillez de un
niño,
que no improvisa, no planea, sólo
confía.
Vengo ante Ti a vivir de lo que has
dicho,
a reclamar lo que Tú me has
prometido.
Ven, ven, que Tú eres bienvenido.
Ven, ven a este roto corazón.
Ven, ven, que yo me sepa querido.
Ven, ven, ¡quiero bailar contigo!
De los cuatro vientos, ¡ven!
Sopla tu aliento sobre estos
muertos
hasta que vivan. (bis)
Arranca la piedra que tengo por
corazón
y dame uno que sangre.
Sobre mi alma seca, muerta y oscura
vuelca tu cascada de agua pura.
Ven, ven, y así viviremos.
Ven, ven, que no soy nada sin Ti.
Ven, ven, te reconoceremos.
Ven, ven, ¡quiero bailar contigo!
De los cuatro vientos, ¡ven!
Sopla tu aliento sobre estos
muertos
hasta que vivan. (bis)
Sé que estás aquí, que me oyes y que
me ves,
porque Tú eres fiel.
Gracias por venir a este lugar.
Gracias por moverte en mí,
¡porque, para recibir, sólo tengo que
pedir!